Las hermanastras (Parte II)
Fecha: 15/11/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos
Esteban le respondió a Pedro, en bajito: -Sí. No esperaba esto de mi madre. Temerosa de Dios... Comedianta -Ni yo lo esperaba de la mía, pero así es la vida. -La verdad es que la vida da unas sorpresas... Pedro, que era un mocetón, moreno, alto, de ojos negros, ancho de espalda y estrecho de culo, quiso defenderlas: -Llevan mucho tiempo sin sexo. Esteban, que era delgado, de ojos azules, estatura mediana, moreno... guapo, muy guapo, no estaba de acuerdo con su primo. -Más llevamos nosotros. -Porque tú quieres. Esteban y Pedro se miraron. Sus labios se fueron acercando y se dieron un beso largo y dulce. De repente, Esteban, se separó de Pedro, y le dijo: -¿Qué haces? Yo no soy maricón. Pedro quedó cortado. -Debió ser por el calentón de saber que tu madre se lo estaba montando con la mía. -Seguro que la sedujo tu madre. -Me da a mí que fue la tuya la que sedujo a la mía. -Claro, como la tuya es una santa... santa come coños. -Qué más da quien sedujo a quien. ¿Dónde vamos a dormir? Mi habitación está ocupada. -Yo me voy para mi casa. Tú duerme donde quieras. -Podíamos dormir en tu casa. -¡Ni harto de vino te llevaría a mi casa! -¿Tienes miedo a que te folle el culo y te guste? -A que te hostio. -Mejor vuelve a besarme. -¿Desde cuándo eres maricón, Pedro? -Desde que me besaste -Me besaste tú a mí. -No, me besaste tú a mí y te gustó -No, no me gustó. -¿Y por qué me chupaste la lengua si no te gustaba? -Que te den. -Algún día nos daremos. -Sueña. Esteban, se marchó. Pedro siguió ...
... escuchando los gemidos de su madre y de su tía, que tan en su mundo estaban que no escuchaban más que la voz de la pasión. A Pedro, que como su primo, aún era virgen, la polla le quería romper el pantalón... Como si nada oyera, entró en su habitación y encendió la luz. Jerónima. Que estaba encima de Alpidia poniéndole el coño en la boca, se tapó las tremendas tetas con las manos. Pedro, se hizo el borracho: -¿Andas a por uuuvas, mamá? Alpidia, al oír la voz de Pedro, dejó de mamar. Jerónima, se bajó. Se taparon con una sábana. Pedro sacó la polla, empalmada, 20 centímetros y gorda, y con ella en la mano, le dijo: -Diles que se deeestapen que quieres verlas. Jerónima le preguntó a su hijo: -¿Estás borracho, Pedro? -Borracho y con gaaanas de que me desvirguen. Se echó boca arriba en la cama y les dijo: -Desnudaaaarme. -Mejor será que duermas la borrachera, hijo. -Desnudarme y follarme o mañana saaaabe toda la aldea que sois toooortilleras. -Alpidia, le dijo: -¡No te atreverás! -De voooosotras depende. -¿No querrás follar a tu madre, hijo? -Nooooo. Quiero que me foooolle ella a mí. -Estás loco. -Y vosooootras estáis cachoooondísimas. Desnudarme o salgo a la caaaalle gritando lo que vi. Las hermanastras desnudaron a Pedro. -Mamada, quiero una maaaamada. La madre y la tía se la mamaron y poco a poco se fueron encendiendo. Cuando la polla empezó a echar líquido preseminal, tanto la madre como la tía estaban deseando que les dijese que lo montasen para meter aquella tremenda polla en ...