1. Las guerreras mágicas caen en una trampa


    Fecha: 16/11/2017, Categorías: No Consentido Lesbianas Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... al clítoris. El mago lamió hasta llenarla de saliva, pero en el sexo de su enemiga no sintió otra humedad que no fuera la que él mismo había generado con su lengua. Así que se aburrió y con su miembro ya erecto, optó por comenzar a violarla. Agarró su rostro con la mano. — Esa mirada desafiante me encanta. Seguí mirándome así que me la pone más dura. — le dijo en un odioso susurro. Vanesa ya no lloraba, perecía que ya no le quedaban lágrimas por derramar. Sintió el brazo de Camus rodear su cintura, y luego bajar para acariciarle el culo con sus manos rasposas. — Mmm, son más delgados que los de tu amiga, pero están muy lindos — le dijo, y luego le dio una nalgada. Finalmente levantó la pollera y acercó su pubis peludo y le ensartó el miembro con la misma potencia con que lo había hecho a su otra víctima. Vanesa tampoco pudo retorcerse del dolor tanto como lo hubiese hecho en otras condiciones. Su cuerpo seguía petrificado en el aire, levitando a pocos centímetros del suelo. Camus aferraba su rostro con fuerza, y lo apretaba aún más cada vez que la penetraba, no quería que aparte esos grandes ojos de los suyos. También le gustaba lamer su cara, como si fuera un animal, el sabor de la perra del imperio era delicioso. Pasaba su lengua por toda la cara de Vanesa, desde el mentón hasta la frente, pasando por los labios, la nariz y los ojos. La mirada de ella, ahora era una mezcla de ira y repulsión. Eso lo ponía más duro aun, y embestía con mayor violencia una y otra vez. También ...
    ... escarbaba el culo de su enemiga, y metía el dedo hasta el fondo sin perder de vista la mueca de dolor que se reflejaban en los bellos ojos de la rubia. El cuerpo velludo del mago se refregaba sobre pequeño cuerpo níveo, uniformado de Vanesa. Pronto sintió la respiración del repulsivo mago más agitada y supo que ya estaba a punto de acabar. Fiel a sus principios, retiró el miembro del interior de Vanesa y eyaculó encima del ridículo saco de la chica, pintando el azul con algunas pinceladas de blanco. Vanesa, iracunda, sacó fuerzas de algún rincón de su interior y logró moverse lo suficiente como para amagar con darle un cabezazo. El mago, por primera vez sintió miedo. Pero pronto se repuso. Era impresionante que una persona pudiese mover una parte de su cuerpo, varios centímetros, dentro del campo que había creado, pero aun así, eso era lo máximo que podría hacer. — Jajajaja, sin lugar a dudas este día será memorable. — dijo, regocijándose. — Creo que ya es hora de cortarles la cabeza. — De repente apareció en sus manos una espada de doble filo con la empuñadura negra. Las guerreras mágicas se estremecieron por dentro. — Aunque hace mucho que no entro en un lindo culo. — comentó el mago, cambiando de opinión. Dejó caer la espada sobre el pasto y se acercó a Camila, quien era, por lejos, la que tenía el trasero más apetecible. La hizo girar e inclinarse. — Así estás perfecta, perrita del imperio. Te voy a culear, y si te portás bien vas a tener una muerte rápida. Vanesa ya no ...
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