Mal momento - Relatos Eróticos

Mal momento

... las sillas. Solo lo hacía para servirce whisky. 
Pero en un momento se levantó, entrando al baño, a rato se escucha que prende la ducha. 
Sale de baño todo mojado y todo desnudo, se sienta en la punta de la mesa chorriando agua.
No hay toallas en el baño, expresa. 

Toma lo poco que quedaba de whisky del su vaso, me mira, veo es su mirada las ganas que tenia de cojerme. 
Se vuelve a parar, caminando hacia su habitación. 
Nos quedamos sin hablar en la mesa con los otros dos. 
Solo el gordito, que estaba más estable de nosotros, me preguntó estará vivo? 
Por qué había pasado un buen rato. 
Le digo voy a verlo. 
Entró a a habitación, había prendido la tele, y estaba tirado boca arriba casi a mitad de la cama, con los pies caídos en el piso. 
Me tentó un poco, así que cierro la puerta y así dormido, le entro a chupar la pija. 
Adoro las pijas flácida y que se vallan agrandando en mi boca. 
Pero mi amigo estaba desmallado, no había casi reacciones. 
Así que lo trato de acostar mejor en la cama, pero fue el momento que se despertó, busco mi boca con la suya, nos dimos uno ricos besos como siempre. 
Bajo mi cabeza con la manos hasta ponerla enfrente de su verga casi erecta para que se a chupe, obvio que lo hice. 
Le entro a chupar como se que el gusta, pasando la lengua desde los huevos hasta la cabeza de la pija. Y despues a tragarla hasta el final, a punto de la arcada. 
El quiere desvestir me, no lo dejo y le hago recordar que quedaban un par de amigos en la ...

... cocina. 
Se levantó de la cama, fue hasta la puerta y la cerro con la llave. 
Volvió subió un poco la tele, y vino caminado hacia mi, que estaba en la cama. 
Se tiro sobre mi y me volvió a dar esos beso con lengua que extremese hasta king Kong. 
Esta vez si me dejó sacar la ropa,  ya me había echo ver mariposa. 
Ya sin ropa nos re volcamos en la cama, ya tenía su rica verga muy erecta. 
Su boca recorría casi todo mi cuerpo, siempre se detenía más en mis pezones. 
Eso me hace extremecer. Lo sabe. 
Hasta que me dio vuelta poniendo me boca abajo yendo de llenó mi ano, abriendo con sus manos fuerte mis nalgas, para que su lengua entre lo más a dentro posible se mi zona más erogena. 
Adoro que me den esos beso negros, húmedos y bien profundos. Sentir el respirar entre mis nalgas. 
la firmeza de su manos, abridola como si fuera un libro sagrado. 
Totalmente perdido y caliente ya hasta me había olvidado que había más gente en la casa. 
Trataba de guardar mis suspiros de placer, suspirando sobre la almuada. 
Él no paraba de chupar me la cola. 
Hasta que se escucho que el gordito golpe la puerta avisando que se iba. 
Uriel sale, de la habitación así como estaba. 
Siento una charla y la puerta principal de la casa que se habré. 
Por las dudas yo me meto dentro de la cama, para cubrirme un poco, esperando que vuelva uriel de despedir a sus amigos. 
Siento que se cierra la puerta, pero tarda en venir. 
Al rato entra la habitación, se acuesta junto a mi, con una mano ...