Catador de Niñas - Relatos Eróticos

Catador de Niñas

... a su nivel y le pregunté. -¿ya terminaste de hacer pipí, nenita? -sip. Me dijo con voz baja, pero mas confiada que antes. Yo le sonreí, ella hizp lo mismo y luego la besé en la boca, con mi mano tomé su barbilla delicadamente y abri su boca para meter con cuidado mi lengua, ella la recibió amablemente abriendo su boca aun mas, yo pude saborear la boca y saliva de la pequeña Claudia, su saliva era semidulce, obviamente babosa de textura y su lengua se sentía un poco fría, luego de besarnos le susurré en el oído. -Date la vuelta, Claudita. -pe-pero no me he lavado. Me dijo mientras me abrazaba y la vez me usaba como apoyo para darse la vuelta encima del inodoro. Cuando se dió la vuelta vi como era el cielo, era hermoso, nalgas blanquitas, redondas y suaves, un anito pequeño, lindo y rosa, su pequeña vagina era tan gordita y carnosa, el límite de sus labios estaban matizados con un hermoso rosa y al abrirlos se veía su deliciosa y delicada vaginita, si pequeño clitoris, uretra y vagina virgen, todo en el tono mas hermoso de rosa, el olor que desprendía era obviamente a orina, pero era un olor suave, no una orina fuerte y olorosa, estaba tan excitado que no me importaba nada, solo quería comerme a esa niña hermosa ahí mismo, así que saqué mi lengua y la aproximé a su suave rajita, que tenía unas gotas de orina, la lami toda, incluso su orina, en ese momento me parè a pensar ¡ESTABA BEBIENDO ORINA! Pero lluego me di cuenta que no sabia mal, de hecho era algo agradable, sumado a ...

... lo excitado que estaba, cada que lamia a Claudia ella tenía un pequeño espasmo, apretaba las nalguitas, después de unas lamidas se acostumbro, yo seguía fascinado, que delicia era tomar orina de nena, se dividía en etapas de sabores. Primero notabas un claro sabor salado, luego se ponía un poco ácido y luegp una sensación de amargura, parecida a la que te deja el café negro, luego de un rato se había acabado la dulce pipí para beber, solo lamia algo salado, era el flujo vaginal de Claudia, estaba haciendo que se moje, me comencé a masturbar con una mano, la otra la usé para meter mis dedos en su anito, todo mientras lamia su vagina húmeda y gorda, luego de alrededor de 3 minutos de meterle los dedos, ya le cabían tres con algo de esfuerzo, supuse que estaba lista para recibir mi penetración, lamí su ano por los alrededores, estaba algo salado, y escupí en el, metí mis dedos para lubricarla con esa saliva y me heché un poco en mi pene también, miré mi reloj y quedaban alrededor de 8 minutos, supuse que si estaba excitado sería suficiente tiempo, porque normalmente me tardo mucho en el sexo, es buena calidad en un hombre porque complazco mas a las mujeres pero en este escenario era un problema. Separé sus nalgas redondas de par en par y puse mi glande en su anito, Claudia estaba callada como una tumba, empuje un poco y fue entrando, llevaba la mitad de mi glande adentro, estaba tan apretado, me moví para ver cómo estaba la dulce Claudia, ella estaba concentrada con los ojos ...