Pasión
Fecha: 21/11/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: harmsarah, Fuente: SexoSinTabues
Durante unas vacaciones, me lié con mi hermano mayor que vivía en otro país. Hasta hace cinco años, vivía con mi madre viuda. Mi padre había muerto siendo yo muy chiquita y mi hermano, Jaime, ya se había independizado hacía bastante tiempo. Cuando tenía catorce años, empecé a salir con un chico del instituto. Unos meses más tarde, tuve unos desarreglos con la regla y mamá estaba convencida de que estaba embarazada, por más que le decía que nunca lo habíamos hecho, que era virgen. Llegaban las vacaciones de verano y como mi hermano vivía en otro país, mamá y yo fuimos a visitarlo. Jaime era ginecólogo, y mi madre le pidió que me hiciera una revisión. Para estar más tranquilos, me pidió que fuera a su consulta después de que se fueran todas las pacientes. Hacía mucho calor y mi madre se quedó en casa. Cogí el autobús para dirigirme a la consulta. Empezamos a hablar. —Mamá me ha dicho que sales con un chico y que a su entender estás embarazada y no quieres decirlo. —¡Qué pesada con su embarazo! De verdad que no lo estoy. Todavía soy virgen. —¿Llevas saliendo cuatro meses con ese chico y todavía eres virgen? —Pues sí. En realidad, es un chico muy tímido. Coincidimos uno al lado del otro en clase de ciencias y empezamos a hablar. Después, poco a poco empezamos a salir. Y aunque confieso que hemos hecho otras cosas —y en ese momento me puse roja como la grana—, no hemos llegado a follar todavía. —¿Otras cosas? Supongo que te refieres a besaros, tocaros y mamaros el uno al otro. ...
... —Sí —dije bajando la cabeza, y bajando también el tono de voz, añadí—: Hemos hecho varias veces el 69. Pensábamos follar este verano, sin las prisas de tener que ir a clase y todo eso. —Ya veo. De todas formas, tengo que hacerte una revisión completa para determinar por qué tienes esos desarreglos. Y ahora, pasa a esa habitación, desnúdate completamente y túmbate en la camilla. Enseguida voy. Me desnudé y me tumbé en la camilla como me había dicho. En cuanto entró, me sacó sangre, y empezó a palparme primeramente los pechos. Lo hacía con tanta suavidad que al final, se me pusieron los pezones duros como piedras. No pude evitarlo. Y cuando empezó a palpar el chocho, me fui calentando más y más. Me daba vergüenza excitarme con mi hermano, pero no lo podía evitar. Él extrajo un poco de fluido vaginal para analizarlo y cuando metió el dedo en la vagina, lo palpó y me dijo: —De todas formas, te hubiese dolido muchísimo al follar y hubieses tenido una gran hemorragia, ya que tienes un par de quistes. No te preocupes, te los quitaré en un momento y además, no te dolerá nada —me quitó los dos quistes y luego me dijo—: Y ahora vamos a calmar toda esta zona. Lo dijo en un tono muy sensual y yo me di cuenta de que él ya había notado que me había excitado en la exploración. Volvió a tocar mis pezones, pero esta vez lo notaba de forma distinta. Y también su mano en mi chocho. Con un dedo dentro de mi vagina y el otro acariciando mi clítoris. Yo trataba de no gemir de placer. También vi que ...