VIOLADO, Y DOMADO!
Fecha: 08/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... exhalando gemidos de evidente placer extasiado confundiéndose éstos con los gemidos del cansancio, y las muchachas gozaban viéndolo asi debajo de ellas. Ahora ellas lo azotaban con el cinto que una de ellas se había quitado del pantalón -la del culo inmenso que él había manoseado cuando se conocieron-, y ahora. él comenzaba a sentir esos cintazos que ellas le propinaban, como eróticos chirlos que le despertaban un placer que él. no conocía. -"¡Ayyyyy! ¡ayyyyyyy!ayyyyyyy!" Gritaba él en cada azote, pero sus gritos evidenciaban un placer que no podía él ocultar. Ellas: ¡más reían y reían! -"¡Arreeee, arreeee, arreeee, vamos, arreeee, no te detengas, más aprisa, más aprisa, corre, vamos, arreeee, arreeeee!" Le gritaban ellas estando él en el límite de su resistencia, y lo azotaban con cintazos vertiginosamente fuertes y veloces que le estaban dejando la piel marcada absolutamente. El muchacho corría obedeciendo las órdenes, pero, finalmente, no pudo ya más, y se dejó caer extenuado, cayendo al pasto con la que lo montaba, encima de él a las risas. Entonces. todas, las siete. lo sujetan en el pasto, y comienza una verdadera sesión de cosquilleantes torturas deliciosamente eróticas. Gime él y no puede zafarse de ellas que lo tienen obviamente dominado, y su cabeza se agita a un lado y otro en esa impotencia de nada poder hacer por evitar esa torturas que ellas le están haciendo en ese cosquillearlo tan desesperantemente atróz para él. Comienza entonces él a suplicarles que lo ...
... dejen, y en esas súplicas, hay una cierta cosa como de evidente muestra de algo que él presiente está por tomarle sus sentires: Un deseo y, a la vez, un temor de caer en una loca pasión por dejarse arrastrar hacia un deseo de gozar sabiéndose ultrajado por mujeres. Ellas captan éso en él, y las más cochinas risitas y carcajadas, comienzan ahí a brotar en las siete. Las cosquillitas, tórnanse todavía más sutiles, y él es un cúmulo de desesperaciones sin poder evitar lo que le está pasando. Son catorce manos y setenta dedos, cosquilleándolo con femenina sutileza erotizante. -"Miren chicas cómo tiene la verga de parada: parece la de un burro caliente!" Dicen. Y unas y otras se turnaban en samparle sonoros besos bien en la punta mientras le cosquilleaban los huevos y el cuerpo entero, y aquel muchacho parecía enloquecer debajo de ellas todas. Una de las muchachas se descalza, y apoyándole sobre la cara su planta húmeda y olorosa, le ordena. comenzar a lamer. ¡Otra adicional humillación que le iba haciendo sentir, otro placer que no conocía! Ya estála lengua del chico deslizándose por la planta sudada de la muchacha, y sus gemidos van delatando el placer inocultable que está él sintiendo. Todas. soltaban nuevas risitas y carcajadas. El grotesco triunfo que sobre él estaban cosechando, iba cada vez, en creciente aumento. En medio de una caravana orgásmica que lo hizo soltar desesperados gemidos y suspiros, grititos de alocado placer y aullidos y casi relinchos, el muchacho comenzó a ...