1. VIOLADO, Y DOMADO!


    Fecha: 08/09/2017, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... soltar por la punta de su inmenso y gruesísimo chorizo, unos potentísimos chorros de cremosa leche que le empezaron a saltar como interminables en medio del sonreír triunfal de aquellas muchachas que lo estaban viendo así estallar debajo de ellas. La cómplice luz de una redonda y luminosa luna, llegaba hasta ellos dejandolas a ellas ver lo que allí a él con lo que le estaban haciendo,le estaba pasando. Le habían hecho saltar a chorros la leche, haciéndole mil cosquillas, dominado debajo de ellas, y teniendo él que lamerles los pies a una mientras éso le hacían. Y gemía él de placer, y ellas reían. Los instantes de la inmediata pasión orgásmica transcurren entre los gemidos de él y las risitas de ellas, y mientras seguían ellas encima de él, pasados esos instantes. pide él que ya lo dejen. Ellas, mirándolo, le responden con sutiles morisquetas socarronas, y le sacan la lengua, como anunciándole que aquéllo. proseguiría. Él. ríe. Y ríe, como sabiendo que todo su futuro sentir, comienza ahí a inclinarse hacia donde él, no esperaba inclinarse. Pero quiere resistirse a ese destino de ser un varón deseoso de ser esclavo y juguete de las mujeres, y se retuerse desesperado y agita su cabeza y les suplica que lo dejen libre. pero. ¡ríen ellas! Otra vez comienzan las muchachas nuevamente sus cosquilleantes haceres, y el muchacho se retuerse y sacude la cabeza como queriendo evitar lo que sabe. va a sucederle. Otra vez aquel inmenso chorizo comenzaba a empalmarse en erección ...
    ... asombrosa, y las risitas de las muchachas brotaban en coro de sonoridad femenina y triunfal . -"¡Chicas. comencemos a forrarlo!" Fue el decir de una, y las risitas de todas, fueron la respuesta afirmativa a aquéllo. Una de ellas se acomodó sobre él agarrándole el chorizo y acomodándoselo en ella, y. aquel sube y baja mete-sac-mete-saca-mete-saca, ¡comenzó! Ya estaba una sobre él arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo. flas-flas-flas-flas-flas-flas! Las carcajadas de algunas con los gritos y gemidos de placer de él, eran un todo allí. T cuando en él los orgasmos llegaban, y sus gritos y gemidos lo anunciaban, el femenino coro de risas y carcajadas, crecía y era la más viva muestra de femenina gracia triunfal estallando a coro. Y queda aquel muchacho como poseído por una hirviente calentura que comenzaba a hacerlo como potente supermacho inagotable, y aquellas mujeres se regodeaban en un hacer continuo bombeándolo una tras otra en una verdadera catarata de cochadas cochándolo todas como energúmenas. El ruido de los tambores del corso, llegaba como marcando el ritmo de aquel hacer de ellas encima de él. Y lengua debía él mandar sobre el culo y el coño de cada una . Y una y otra vez todo se repetía y era ya él, una cosa entregada a un destino que ya, estaba en él sellado: Iría a ser el objeto, de aquellas muchachas. ¡para siempre! Por eso las risas triunfales de ellas cuando por fin lo dejaron, y él se retorsía entre riéndose y llorando. Sí: ¡Lo habían conquistado! Lo habían ...