1. Carnaval de Barranquilla : leche caliente de dos morenos


    Fecha: 03/02/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... tragar desesperado la abundante lechada de Germán sentía escurrir el esperma ardiente de Alejo por la raja de mi culo.
    
    Cuando por fin dejaron de escupir mecos se abalanzaron sobre mi verga y comenzaron a meneármela. Y, al darse cuenta que iba a correrme, pusieron sus bocas sobre mi glande y sorbieron cada uno de los trallazos que soltó mi polla. Se volvieron hacia mi, y soriendo sacaron sus lenguas para mostrarme mi leche : "Ah !... que asquerosos !", les dije riendo, y entonces ellos se acercaron a mi boca y comenzaron a besarme haciendome sentir el gusto de mi propia leche.
    
    Después de llenarme de besos, Germán y Alejo se sentaron en la cabeza de la cama. Tenían  las piernas abiertas y con una mano comenzaron los dos a acariciarse la verga, invitandome a que se les comiese. No me hice rogar, y gateando en cuatro patas sbre la cama llegué hasta esos estupendos pedazos de carne negra y los engullí goloso. Bastaron pocos masajes con mi lengua y mostrando un excelente capacidad de recuperación, los penes de los dos chicos empezaron a cercer y endurecerse dentro de mi boca. De repente Germán cambió lugar, se puse detràs de mi. Sentí que me jalaba por los tobillos, se apoyó sobre una espalda, sus rodillas separaron mis piernas y con un suave movimiento de cadera empezó a clavar su tranca en mi hoyito. La verga de Germán era ...
    ... bastante gruesa, pero la abundante acabada de Alejo funcionó como un magníficp lubricante y el pedazo de carne se deslizó facilmente en mis entrañas hasta la raiz. Me quejé suavemente, acusando recibo del generoso diámetro de la verga negra del cartagenero, aunque mucho no podía decir porque tenía las fauces totalmente ocupadas con el falo de Alejo. Pero Germán comenzó a mordisquearme suavemente el cuello, logrando que me aflojase por completo. Y entonces Germán empezó a moverse. Me enterraba hasta el fondo la polla, y luego la sacaba dejando apenas la cabeza dentro de mi estinter. En un momento dado empezó a acelerar sus clavadas. Y a medida que aumentaba el ritmo yo hacia lo mismo con la mamada que le estaba prodigando a Alejo, haciendo que su amigo gimiese cada vez más fuerte. Finalmente el negrito detrás de mi comenzó a dar gritos roncos y luego se corrió como un animal, inundando mi culo con su leche caliente. Con cada espasmo yo apretaba más los labios sobre la polla de Alejo, hasta que el chico barranquillero tampoco pude resistir más y también se corrió dandome de beber sus espesos mecos blancos. 
    
    Los tres tomanos una ducha y salimos del motel, casi cuatros horas después de haber entrado. Germán me miró sorridendo : "Que piensas de los machos costeños ? Te gustó la fiestita ?..." Acordamos repetir la noche siguiente !
    
    
    
    
     
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