1. Carta anónima


    Fecha: 08/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... escondía detrás de algo tan insignificante. "Es una tela muy, muy buena, mantiene el calor bastante bien" "¿Viste?" Seguí con lo que estaba haciendo, ya mi mano acariciaba su bulto descaradamente. Mi hijo no se quedó atrás, con sus manos levantó mi vestido y comenzó a apretar mis glúteos. Tocaba mi cuerpo y yo no lo detenía, a la vez yo tocaba su cuerpo y el no me detenía. A todo esto su pene ya estaba algo crecido y seguía tomando vuelo, observé un poco y algo de líquido preseminal se había escapado, formando una gota. "¿No te estarás excitando, no?" "Un poco quizás" "Pero soy tu mamá" "Y yo tu hijo" "Ups, parece que te manchaste de nuevo, sacatelo así lo llevo a lavar" "¿Ahora?" "¿Qué? ¿te da vergüenza?" "Está bien" El bajó su calzoncillo y allí saltó a mi vista, hinchado, invitándome a que lo cobije. ¿Qué era peor? ¿qué el estuviese excitado conmigo o que yo lo estuviese con él?. No importaba, al menos no en ese momento. Estiré mi mano y lo agarré sin preguntar, estaba tan duro ¿pueden creerlo? Empecé a sobarlo de una forma suave, arriba y abajo, repetidamente. El calor que emanaba era tremendo. A medida que lo acariciaba notaba como despedía lubricante, que luego se mezclaba con mi mano y acompañaba mi caricia. "Mamá, esto es muy rico" "Que bueno que te guste" Estaba bastante excitada, por no decir caliente. Por las ganas que tenía acerqué mi cara hacia su glande y levemente rocé mis labios hasta mojarlos con su jugo, mientras mi hijo sólo se dedicaba a mirar. Créanlo o ...
    ... no le di un beso en la punta, algo maternal, abrí la boca bien grande y en un cerrar de ojos lo succioné hambrienta. Pedazo a pedazo me fui comiendo el pene de mi amado hijo, cumpliendo de a poco mi fantasía. Quien hubiese dicho, tenía el pene de mi hijito dentro de la boca, tanto que lo había imaginado. Dentro la lengua jugaba desenfrenada, llevándolo de lado a lado. Mis movimientos eran leves pero al parecer placenteros para él. A los pocos minutos el cuerpo de mi hijo se endureció, su pene palpitaba en mi boca, era obvio lo que iba a suceder. Sin pensarlo dos veces lo liberé de mi mojada prisión y comencé a masajearlo con mucha intensidad. "Dejate llevar hijo, dejate llevar" "Mmmmmmmm siiii" Y se dejó llevar, su leche salió disparada y se estrelló contra mi pecho. Una y otra vez pude sentir los disparos que lanzaba mi hijo, hasta que finalmente se detuvo. Mi mano quedó pegajosa, mi blusa también, llena de semen, llena del jugo que los hijos no deben entregar a sus madres... me sentía sucia pero contenta y más viva que nunca, mi corazón latía con rapidez. "Parece que ahora aparte de lavar el calzoncillo también voy a tener que lavar esta blusa" "Parece que si" "Mejor me la saco para que no me manche y no manche nada" "Me parece que tu pollera también se manchó un poco" "Tenés razón, me lo voy a sacar también" Yo sabía lo que estaba sucediendo, el juego hacía que el incesto fuese más leve, por eso continué con ello. Sin esas prendas sobre mi cuerpo lo único que me cubría era ...