Gemidos en la playa. - 1 - - Relatos Eróticos

Gemidos en la playa. - 1 -

... quitate los vaqueros y muestrale a nuestro amigos que no tienes nada que ocultar..."  El joven no necesita oirlo dos veces, se desabrocha el cinturón y baja los pantalones. Lleva calzoncillos amarillo dorado, un color que contraste muy bien con su color de piel. Esta tarde, en la playa, ya me había dado cuenta de que tenía hermosas y fuertes pantorillas, ahora podía ver sus poderosos muslos...

Entiendo que las cosas se están acelerando. Le dije : "Para mí, está bien, incluso te puedes quedarte así, no me molesta en absoluto... por el contrario !"    - Ah, bueno, si no te molesta, me quitaré mis bermudas también... Así podras decir cuál de nosotros tiene el paquete más grande..."  Y Julián, el mayor, se pone en ropa interior en menos tiempo del que se necesita para decirlo. Sus calzoncillos son color púrpura, un color muy atrevido para un machote como él. Es un speedo que contiene apenas su herramienta en reposo. Ahora delante de mí, cada uno amasando su polla para darle más volume, tengo dos magníficos especimenes de macho joven del Chocó.

- "Ya no hay más cerveza ?... Tráenos otras, morimos de sed !"   Volviendo con las cervezas, pasando Julián, él me agarra por las caderas y trata de bajarme los pantalones.  "Vamos ! Tú también por favor quitate estos malditos pantalones... a que tienes miedo ? Muéstranos un poco tu colita... desde esta tarde nos has estado calentando. Sabes que de toda manera como las sardinas esta noche vas a ir a la sartén !"   Los dos muchachos no ...

... tienen problemas para inmovilizarme y quitarme los pantalones. Como no tengo nada debajo, inmediatamente se dan cuenta de mi erección. Verlos semidesnudos, con el bulto bien hinchado, obligarme a ponerme en cueros, ser manipulado por dos machitos calientes, todo eso me ha puesto a mil. Enrique exclama : "Mira, el maricón !... la tiene erecta !..."

Julián no me ha soltado y empieza a masajear mi trasero, morder sin herirme mis dos melones. "Que hermoso culo tienes, putita !... Todo blanquito como me gusta... Sabes, muchas mujeres no tienen nalgas así. Vamos a ver también que pequeño lo tienes el agujerito... Cuentame : ya lo has prestado a muchos ?..." Y Julián pasa un dedo en mi raya, se detiene en la estrella que cierra el acceso a mi interior... empuja adentro una, luego dos falanges... "Que rico !... lo tienes muy apretadito !..." El joven Enrique se acerca a ver : "Déjame poner mi dedo también que veo cómo lo tiene..."  A mi m'encanta este examen profundo de mi intimidad, pero no puedo evitar ponerme tieso cada vez que uno de ellos me mete el dedo.   "Estas apretado como nos gusta a nosotros... pero esta noche, con Julián, te lo vamos a abrir más... Es que a nosotros, los Chocoanos, nos excitan los agujeritos estrechos como el tuyo... y sabes porqué... para destrozarlos ! ahaha..."

Y ambos estallaron de risa. Estoy acostado en los muslos de Julián, mientras él me dedea más y más rapido, como sí me estuviera follando con un dedo en lugar de su polla. Se excita mucho ...