Gemidos en la playa. - 1 - - Relatos Eróticos

Gemidos en la playa. - 1 -

Después de haber oido hablar de Bahía Solano durante esta estancia en Colombia, no quería dejar pasar la oportunidad de dar un paseo por este "paraíso escondido" de la costa atlántica. Me hablaron de paisajes inimaginables, selva húmeda, fantásticas excursiones, paseos por el mar para ver ballenas jarobadas, playas todavía en su estado natural donde se pueden ver tortugas marinas que vienen a poner huevos en la arena. En resumen, todo tipo de momentos inolvidables en una de las regiones naturales aún intactas en el planeta.

Por suerte, estuve in Colombia en el momento adecuado : es en agosto-septiembre que se puede ver las ballenas más facilmente y las tortugas ponen huevos ! Ir a esta región no es facil, porque el Chocó es un enorme departamento de bosque virgen, sin el más mínimo camino, la única manera de llegar allí es en avión, saliendo de Medellín con una avioneta que aterriza en la única pista junto al mar. También se puede llegar por mar, desde Nuqui, pero de nuevo sólo el avión permite cruzar el enorme territorio virgen.

Las poblaciones de la zona costiera del Chocó son negras en la gran mayoría, a diferencia del interior donde se encuentran las últimas comunidades indígenas. Durante mi estancia en Medellín, tuve la oportunidad de conocer a un macho que venía de la costa del Chocó, un gran negro, muy robusto, que me convenció de que los representantes de su departamento no eran niñitas, sino tenían entre las piernas unos aparatos de campeonato... La noche que ...

... pasé con él me había agotado, y afortunadamente ya desde mucho tiempo no era virgen, de lo contrario no habría podido sentarme de todo el viaje !  El encuentro con este tío había sido otra razón para mi gran interés en este rincón escondido de Colombia. Él me había hablado de pescadores, jovenes no muy feroces, que saben cómo cuidar de los turistas, por la tarde, y por toda la noche si es necesario, todos con habilidades extraordinarias...

Decidido a ir a este paraíso terrestre, compré mi pasaje desde Medellín y reservé un bungalow lo más cerca posible del mar. La cabaña, a menos de 50 metros de la playa, en un rincón un poco alejado del pueblo, me pareció una buena solución, sobre todo porque estaba destinada a una o dos personas (con una cama grande), mientras que todos los otros alojamientos rústicos tenían varias habitaciones, y no ofreciban entonces las mismas garantías de privacidad.

El viaje en una pequeña avioneta no fué realmente un sueño : volar sobre un denso bosque donde, en caso de accidente, nadie iría a recogernos, estar sacudido hasta el punto que crees que dentro de poco vomitarás tus tripas y intestinos, nada me hizo temer como ese día que había llegado mi última hora ! El colmo fue aterrizando : una vez más nuestra aeronave casi volcó, y cuando finalmente se detuvo al final de la pista, me tomó unos minutos para atreverme a moverme, preguntándome si todavía estaba vivo...   Afortunadamente, la recepción fue sensacional. Mi anfitrión me estaba esperando ...