La ardiente sobrina de mi mujer - Relatos Eróticos

La ardiente sobrina de mi mujer

... dentro de un rato y se acostó en el sofá donde yo estaba poniendo su cabeza en mis piernas, no sé porqué lo haría, lo cierto es que comencé a acariciar su cabello y como quien no quiere la cosa acariciaba su cara, y me ha vuelto a preguntar qué si era verdad que demoran su mamá y su tía y le dije que para salir de dudas llamaría a mi mujer y así lo hice con el pretexto de preguntarle cómo iban y que ya los niños habían despertado y que le iba a pasar a sarita que quería hablar con la mamá sarita habló con la mamá y le preguntó que si tardaban y la mamá le dijo que llegaban a la hora de almuerzo y que compraban ya hecho, que si que le pasaba y sarita le dijo que nada que sólo quería que le comprara una bolsa de masmelos nada más. Ahí se colgó la llamada y nuevamente Sahara me pregunta que si el niño tarda en despertar y le dije que normalmente el los fines de semana despertaba pasada las 10 de la mañana y ya eran tipo 9:20 tanta preguntadera me tenía extrañado y sin rodeo le he preguntado a ella que le estaba pasando y me dijo que nada que se iba a bañar que estaba haciendo calor. Al retirarse me da un beso en la mejilla y me ha dicho … tio te quiero. Que me impulsó a agarrarla del brazo y jalarla sobre mi no lo sé, fue algo instintivo y eso hizo que quedara sentada sobre mis piernas y sólo le di un beso en la mejilla y le dije que yo también la quería y me abrazo, eso me aceleró a mil, la puse de pie y le di un beso en la boca y sólo cerró sus ojos y se dejó, mientras la ...

... besaba masajeaba por encima de la pijama sus senos bien creciditos, al ver que se dejaba y no ponía resistencia, le dije que fuéramos al cuarto que si el niño se despertaba iba a ser un problema. No hizo reclamo alguno y me siguió, entré al cuarto y le puse seguro a la puerta y me senté en la cama y seguí besándola y levanté la blusa de su pijama y comencé a chupar sus senos y jugar con sus pezones, ella relajó su cuerpo y con sus ojos cerrados permitía que le hiciera lo que estaba haciendo, así que comencé a lamer todo su abdomen y bajé su short de pijama junto con su pantaleta y no podía creer lo que me estaba pasando, tener una niña desnuda entre mis brazos era lo mejor que estaban viendo mis ojos, la volteé de espaldas y comencé a lamerla con mi lengua hasta bajar a sus nalgas bien paraditas la puse hincada un poco y comencé a meter mi lengua entre sus nalgas y lamer ese culito, pero olía mucho a orín así que le pedí que fuera rápido y se diera un baño y por el contrario me dijo que fuéramos los dos, me estaba sorprendiendo el mundo que sarita tenía, la metí al baño y le dije que fuera lavándose mientras le daba vueltas al niño a ver si dormía, entre al baño y la enjabone, nos estábamos bañando, ella agarró mi pene y le untaba jabón, que sensación tan única Bajé hasta su vaginita y comencé a chuparla mientras caía el agua de la regadera en nuestros cuerpos, no quise demorarme ahí, sabía que en cualquier momento podría despertar mi hijo o podía regresar mi mujer y su hermana, ...