Cuarentena (3). Culiando con el portero pijon - Relatos Eróticos

Cuarentena (3). Culiando con el portero pijon

... acerté a decir.
- 'Déjame hacer...", dijo el portero.

Enseguida, él se tumbó a los pies de la cama, separó mis piernas e introdujo su entrepierna hasta llegar a la mía. Hicimos una tijera, agarrándonos nuestras piernas empezamos nuevamente a empujar. Nuestros huevos y nuestras pollas chocaban una y otra vez, provocándonos verdaderos aullidos de placer. Camilo fue más lejos aún : con una de sus manos cogió los capullos de nuestras vergas, los apretó con su mano, fuertemente, y con el roce de nuestros glandes comenzó a hacer, en mi caso, la mejor paja de toda mi vida ! Puse mi mano sobre la de mi amante, y apretando con más fuerza, incrementé el ritmo de nuestra mutua y frenética masturbación. Pasados pocos instantes grité : "Me corro, Camilo... me corroooo... !". Mi amante también gritó que se corría, y entre grandes espasmos, los dos tuvimos un gran orgasmo. Nos corriamos casi a la vez, con grandes chorros y borbotones de leche, manchando la mano del portero y también nuestros vientres.

Camilo se sentó en la cama y abrió su mano : nuestras leches se habían mezcladas. Intintivamente procedí a lamer la mano de mi amante, chupando nuestro semen. Camilo hizo lo mismo, dejando entrelazar nuestras lenguas.
- "Te ha gustado ?...", me preguntó Camilo.
- "Claro... ha sido diferente... y muy excitante !", contesté.
- "Quiero que me folles el culo...", me pidió entonces el portero.
- "Te hacias follar por tus compañeros en el ejercito ?", pregunté.
- "Si supieras... en el ...

... ejercito, todo sucede !!..."
Camilo me pidió lubricante. Cuando le alcanzé un frasco de gel, el portero volvió a pedirme :
- "Fóllame... como cuando tenía 16 años..."
Y de inmediato se dió la vuelta y separó sus nalgas. Podía ver su ano en todo su esplendor : una estrella de carne, bien cerradita, y sin ningún pelo. Me acerqué y procedí a pasar mi lengua por la raja de su culo. Mi lengua llegó hasta sus huevos, los cuales acaricié y succioné entre los gemidos de mi amante. Subí mi lengua otra vez por su raja hasta su hoyito, la introduje. Camilo dió un aullido de gozo.  -"Sigue, cabrón... sigue !", dijo.
- "Camilo... eres muy abierto... es que has sido follado mucho en el ejercio, verdad ?..."
- "Eres tú que me has follado las primeras veces... con tu amigo... no te acuerdas ?... Fóllame, quiero sentirte dentro mío de nuevo !".

Totalmente excitado, extendí lubricante en mi empalmada verga y en el ano del portero. Pasé mi verga por toda la raja de su culo, y poco a poco fue introduciendo mi capullo en su ojete. Apenas noté resistencia pasando el esfinter, y mi verga entró entera en su culo. Lo monté, el mete y saca fue bestial, la polla y huevos de Camilo se bamboleaban de un lado a otro, con los golpes de mi embestida. Mi amante se pajeaba gimiendo y jadeando. No aguanté más, y me corrí dentro del orto del portero, trallazos de lefa inundaron su hoyo. Quedé exhausto. Pasado un rato, descabalgué a mi amante.
- "Ha sido increíble...", acerté a decir, mientras Camilo se ...