Cuarentena (3). Culiando con el portero pijon
Fecha: 22/05/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Fernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... boca se acercó y subió por el tronco de su vergota. De repente, la mano de Camilo agarró mi cabeza y él me dijo :
- "Sigue... qué rico... Y el sabor, lo reconoces ?..."
Yo intenté retirarme, pero su mano apretó con fuerza mi cabeza sobre su verga. Mis labios bajaron el prepucio de Camilo y empezé a lamer su frenillo, mientras él jadeaba y gemía. Al poco rato líquido preseminal emanaba de aquel pollón, que ahora en plena erección media unos 22 centímetros ! Succioné sus líquidos como un poseso.
- "Para !... párate... no quiero correrme todavía.", dijo Camilo
El machote se incorporó con su miembro empalmado, y se despojó de la camiseta y sus calzoncillos rojos, quedando desnudo. Mirando su polla en erección, comenté :
- "Pienso que ha crecido mucho... No la tenías tan grande ni tan gruesa a los 16..."
- "Desnudate, dijo Camillo, como una orden de militar.
Me levanté de la cama y me bajé mis pantalones. Camilo se acercó a mí y metiendo sus manos por debajo de mi slip, totalmente mojado, me sobó el culo, mi polla y mis huevos. Me sentía en la gloria, mi amante macho me estaba acariciando, magreando y metiendo mano. Al instante me puse a jadear como una perra.
- "Desde unas semanas no he follado y tengo una calentura tremenda...", me dijo Camilo.
- "Yo no hago más que matarme a pajas... muchas veces, desde tu llegada, pensando en tí...", dije yo.
Camilo y yo tumbamos en mi cama, mi amante acercó su cara a la mía y me dió un tremendo morreo, su lengua intentando ...
... entrar en mi boca, yo la abrí, y nos besamos como posesos. Nuestras lenguas se entrelazaron y su saliva entró en mi boca. Puse mis manos sobre sus nalgas, eran muy suaves, apreté sus cachetes y empujé a mi amante hacia mí. Camilo, por su parte, bajó una de sus manos hasta mis rodillas, empezó a subirla por la cara interna de mi muslo, y levantando mi pierna, introdujó la suya entre las mías. Nuestras pollas se tocaron por primera vez, y creí en ese instante podría llegar a correrme sin tocarme. Agarrando nuestras nalgas, Camilo y yo empezamos a embestirnos como si nos estuvésimos follandonos mutuamente. Nuestras pollas y huevos chocaban entre sí, los dos gemíamos y jadeábamos como perras en celo.
Dejamos de besarnos y la cabeza de Camilo bajó por mi torso lamiendo mis tetillas y mordiendo mis pezones, lo cual hizo que mis jadeos aùn fuesen más intensos. El machote llevaba la iniciativa, su boca bajó por mi vientre, abrió totalmente mis piernas, me levantó por la cintura y una de sus manos empezó a magrear y apretar mis nalgas. Su lengua comenzó a lamer mi verga, mientras su otra mano maseajaba mis cojones a su total antojo y disposición. Camilo se metió mi polla en su boca y empezó a lamer y succionar con fuerza. Debo reconocer, pocas veces un amante ha estado capaz de darme el placer que el portero me estaba proporcionando con aquella felación. No pasaría mucho tiempo sin correrme... De repente, Camilo cesó con su mamada.
- "Contínua, por favor... te lo suplico, mi amor !", ...