Ayudando a Mamá (2)
Fecha: 29/11/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... fue hasta la cocina a lavarse las manos y de paso me preguntó con quién había estado. Le conté que fue con el verdulero y vi una sonrisita en su cara “Ese chico es lindo” me dijo mientras se acercaba con un trapito blanco en la mano. Volvió a sentarse delante de mí y comenzó a limpiarme ella misma la zona íntima. Mientras tanto yo le relataba lo ocurrido, me alegró que se lo tomara todo con gracia, ella es una chica muy buena y de mente abierta, aunque lleve cinco años de casada con un estúpido total que me hace acordar a tu padre. La cosa es que la chica me estaba calentando pasando tantas veces el trapito por mi concha y le pedí que parara porque si no me iba a mojar más todavía. Ella comenzó a reírse y se puso de pie “Es que vos te mojás mucho Graciela” me comentó dejando el trapo sobre la mesa, así que me acerqué diciéndole “Vos debés estar igual que yo” y le metí la mano por debajo de la pollera, toqué su bombachita y la corrí hacia un lado con un rápido movimiento, de pronto sentí una conchita suave y húmeda, la tenía depilada y muy mojada. Betiana podrá tener unos kilitos de más, pero los tiene muy bien distribuidos, es una chica preciosa. “Ya decía yo” le dije toqueteándole la concha, ella abrió grande la boca por la sorpresa, pero se lo tomó con gracia. En cuanto le metí un dedito me sacó la mano y me dijo que el único que tenía derecho a tocarle esa parte era su marido. “Ay, pero que estructurada, me hacés acordar a mí antes del divorcio”, le dije restándole ...
... importancia a lo ocurrido. “Decime la verdad Beti, ¿cuándo fue la última vez que tu marido te dio una buena cogida?” la pregunta fue como una bomba para ella, dudó por unos segundo y al final dijo: “Hace como dos semanas ya”, no esperaba que fuera tanto tiempo, me indigné “¡¿Pero cómo puede ser que una chica tan linda como vos tenga que pasar dos semanas sin coger, teniendo marido?!” A pesar de no estar relatando nada sexual en ese momento, mi madre no dejaba de toquetearse, se metía los dedos sin remordimientos, me encantaba ver cómo su conchita se abría y se cerraba con el movimiento de los dedos. Disimuladamente me acerqué un poco, quedé sentado en el medio del sillón quedando ella a mi izquierda. No se molestó con mi cambio de posición. Una de sus piernas quedó flexionada contra mi cuerpo y se vio obligada a colocar la otra extendida sobre mis rodillas, yo seguí pajeándome tranquilamente sin dejar de mirarla. - Betiana se puso algo triste cuando mencioné a su marido – continuó relatando – entonces le pregunté si ocurría algo malo. Me contó que hacía tiempo que las cosas con su marido estaban bastante mal y que ella sentía que la descuidaba mucho, no sólo sexualmente, sino en todo sentido. La abracé fuerte y la aconsejé, le dije que ella era muy joven como para estar viviendo esa vida, que siendo tan hermosa podía conseguir otro hombre en cualquier momento y que no vea el matrimonio como una trampa perpetua, siempre se podía recurrir al divorcio. Lo cierto es que mientras ...