Tatiana Cap II: Juegos Lujuriosos
Fecha: 30/11/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dantestr, Fuente: RelatosEróticos
... de adivinar las cartas del otro. ―Así que eres mi “amiga secreta”―adivinó el decano. ―Aha―asintió ella levantando sus cejas, al parecer muy segura de su juego. Los conclaves que Benito compartía con sus vecinos podían ser muy creativos. Hace algunos meses inventaron un divertimento que llamaron “El amigo secreto” cuando les tocaba a ellos o “La amiga secreta” cuando les tocaba a ellas. El juego consistía en tres sorteos distintos, donde cada hombre o cada mujer, según la ocasión, debía sacar tres papelitos doblados de tres bolsas distintas. La primera bolsa contenía los nombres de todos los integrantes del sexo opuesto y definía quién sería amigo o amiga de cada uno. Cuando les tocaba a las féminas, como fue el caso de la última vez, solo ellas sabían la identidad de su amigo; muy por el contrario, ellos no tenían idea de quién era su “amiga secreta”. ―Y supongo que este papel dice cuál es mi regalo―señaló Benito, estirándose para alcanzar la misteriosa hoja que descansaba sobre su escritorio. ―Así es―confirmó Vicky. Se acercó al sillón de cuero de la gran oficina del decano; tomó asiento en él y cruzó las piernas, dejando una de sus elegantes sandalias flotar en un delicado vaivén. El segundo sorteo definía los “regalos”, que no eran más que las turbias ideas que, en este caso, los hombres habían acordado depositar en la respectiva bolsa. La única regla era que ninguno debía repetirse. Y, si bien es cierto, todos conocían las distintas posibilidades, nadie más que la amiga ...
... secreta de cada uno sabía qué debía regalarle. ―¡Guauuu!―exclamó Benito―. Esclava por quince minutos―leyó entusiasmado. El monstruo en sus pantalones había despertado desde que Vicky entrara en su oficina. Es que se veía realmente sexy en su traje ejecutivo. Y ahora, con las posibilidades de aquel regalo, Benito pensó que él y su mejor amigo podrían dejar de pensar en Tatiana, al menos por un rato. Pero su entusiasmo se desvaneció cuando vio la irónica sonrisa de su amiga secreta. La última bolsa contenía las “restricciones”. Estas eran tratadas entre todos los amigos o, como en esta ocasión, las amigas; y consistían en las limitaciones que podría imponer la persona obligada a “regalar”. Podía ser o no aplicable al regalo, pero eso dependía de la fortuna de cada uno. En resumen, la suerte del juego le había determinado a Vicky a qué favor sexual debía someterse y con quién debía practicarlo. Sin embargo, era ella quien decidía la hora y el lugar en que cumpliría con su penitencia. También era el azar el que le otorgaba una herramienta con que defenderse en caso de que la prueba le resultara incomoda o le tocara un amigo indeseable. Por tanto, Benito intuyó que tras ese semblante socarrón existía una conveniente restricción. Ahora solo cabía esperar como la usaría. Evidentemente complacida, la ejecutiva, en un elegante movimiento, sacó de su cartera otro papel doblado y lo dejó sobre la mesita de centro frente a ella. El decano se levantó de su escritorio, considerando que era ...