Mi San Valentín
Fecha: 01/12/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: MadeInChile, Fuente: SexoSinTabues
... vibradoras. En mi mesa de noche tenía crema humectante la cual abrí, puse un poco en mis manos y humecté un ano. Fue frío al inicio, chistoso en un momento y doloroso cuando empecé a dilatar con mis dedos el ano. No entendía como les podía gustar a mis amigas si era tan doloroso. Pero, metí el dildo y lo entendí: dolía pero era delicioso. La noche se hizo día, me levanté para ducharme, tomar desayuno e ir al colegio. Durante las clases planeaba cómo sería el regalo, que vestiría y cómo lo haría gozar. El timbre del Alemán de Chicureo sonó. Como habíamos planeado él estaba allí esperándome dentro del auto. Me despedí de mis amigas, besos, despedidas manuales, etc. Subí al auto, al asiento de copiloto y lo miré. El apretó el acelerador y nos alejamos. En un semáforo me lancé y le besé los labios -Te amo , te amo –le decía entre besos- necesitaba besarte –El tipo del auto que estaba a nuestro costado nos miraba con ojos de envidia. Pobre tipo. -Yo también te amo, lo sabes, ahora cuidado que tengo que manejar –me decía mientras sonreía y el auto despertaba de su inercia e iniciaba el recorrido nuevamente para luego de minutos eternos llegar a nuestra casa. Mamá no estaba, mis hermanos tampoco: Éramos él y yo. Raudamente bajé del auto, mientras papá lo guardaba yo subí a mi habitación, me desnudé, me miré al espejo y me dije: Hoy será otro día que él recordará. Me pinté los labios del color que el ama, delineé mis ojos tal como a él le encanta, me peiné como él quería, me ...
... vestí como a él le excitaba. En una pequeña mochila de Hello kitty coloqué el gel lubricante. Acerqué mi cabeza a mi puerta entre abierta y lo escuché subir las escaleras, entrar a su habitación y dejar sus cosas, por ende, con astucia felina me introduje por el umbral de la habitación que compartía con mamá, toqué la puerta tres veces y me presenté frente a él semi desnuda, una blusa blanca semi abierta cubría mi torso, calcetas y mis zapatos de colegio completaban mi indumentaria. Mi sexualidad estaba a su vista: -Papá, ¿me veo linda? – le preguntaba mientras extendía levemente mis brazos tras mi espalda, bajaba el rostro lo cual hizo que la chasquilla rubia de mi cabellera cubriera la mitad de mi rostro. Él, sin palabras se acerca despacio a mí –te ves hermosa- me toma entre sus brazos y empieza a besarme apasionadamente. Lo rodeo por su cuello con mis brazos, apego mi cuerpo al de él, cierro los ojos y correspondo con fuego ese beso que hizo que me mojase al instante. Me toma por las piernas, me levanta, por ende, lo rodeo y hago prisionera su cadera de mis muslos sostenidos por sus manos. Gira y me lleva hasta la cama, para caer y dejarme bajo su cuerpo. Nos besamos, nos acariciamos, nos decimos “te amo”, rozamos nuestros cuerpos. Siento su erección, su calor, su sudor. Con rapidez se aleja de mí y se desnuda, dejando a la vista ese moreno cuerpo maduro, cuerpo de un militar de rango y de oficio, ese cuerpo que ha hecho que me estremezca de placer, al descubrir nuevas ...