Mi prima Silvia
Fecha: 03/12/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Ricardo Diaz, Fuente: CuentoRelatos
... siento que voy a acabar, la tomo con fuerzas de sus senos y empiezo a empujar fuertemente para ayudar a que mi verga entre más aun en su sexo, como queriendo meterle todo, sin que quede nada fuera. Y llega el clímax para los dos, al unísono, y quedamos botados en la alfombra, completamente desnudos, sudorosos y exhaustos. Pasado un momento, me doy vuelta para continuar nuestro juego, al que mi prima se presta con mucho agrado, tomando mi verga y llevándosela a la boca, donde empieza a hacerme una mamada exquisita. Le tomo la cabeza y la empujo hacia mí para que mi herramienta se entierre completamente entre sus labios. Ella no se asusta por el tamaño de mi pene y continúa saboreándolo, llegando desde su base hasta la punta de su cabeza, la que muerde entre sus labios cerrados. Empujo con más fuerza, con la idea de llenarle la boca de semen y que se lo trague todo y siento que estoy acabando, que mi leche está por salir, que le voy a inundar la boca, que mis líquidos empiezan a buscar la salida... cuando suena la bocina del auto de su esposo que viene llegando. Tomo la cabeza de mi prima que intenta separarse pero la aprieto contra mi verga y me muevo rápidamente, terminando de acabar y ...
... llenando su boca de esperma, la que ella intenta tragar rápidamente para que no caiga al suelo del living. Silvia se levanta apresuradamente, se baja el vestido y sin ponerse los calzones y con la boca aun con restos de mi semen, va a abrir la puerta a su esposo mientras me hace señas para que me vaya a mi dormitorio. Tomo mis cosas y me encierro en la pieza de alojados, desde donde escucho como mi prima recibe a su marido con un sonoro beso. Como de costumbre, este venía medio borracho y medio caliente, por lo que agarra a mi prima de las nalgas y empieza a besarla con lengua y a tomar sus senos, gozando la boca que yo había llenado con mi semen momentos antes. Entonces hago ruidos y salgo para saludar al esposo de Silvia y evitar que este siguiera incursionando y descubriera que estaba sin calzones y con la vagina llena de semen. Nos tomamos un par de copas, mientras mi prima se sienta cerca de su marido a ver televisión, como si hubiera estado toda la noche en eso. Yo la miraba furtivamente y pensaba en lo rico que había sido el momento que habíamos vivido y en el cual no pronunciamos ninguna palabra. Y estaba seguro que esta experiencia la repetiríamos, pero ya no sería en silencio como ahora.