Un polvo contra el estrés
Fecha: 03/12/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: pantia, Fuente: CuentoRelatos
... volví de golpe, nervioso porque me acababa de pillar mirando a través del biombo. Ella disimuló de forma muy evidente, y yo también. Durante unos segundos ambos esperamos a la doctora, mirándonos disimuladamente. La chica llevaba unos vaqueros ajustados y un jersey rosa, no parecía estar nada mal, pero al sentir que salía la doctora, me puse en pie y me volví hacia ella: - Perdone, siento el retraso... Ella me dijo que no importaba, y me pidió que me sentase. Cuando lo hice, noté cómo la chica se aguantaba la risa. Evidentemente había notado mi erección, mientras yo me quedaba prendado de su jefa. Era una señora de unos 40 años muy bien llevados, con una melena caoba hasta los hombros y una figura bastante atractiva. Llevaba los labios pintados y sus ojos eran claros, realmente era guapa. Al sentarse, cruzó las piernas y yo no podía dejar de pensar en su cuerpo semidesnudo. - Usted me dirá en qué podemos ayudarle... Yo pensaba que todos mis problemas se arreglarían si hacíamos el amor sobre la camilla, me había puesto muy caliente, era una madurita sexy. Y la chica no hacía más que mirarme. Me escuchó tartamudear y después de hacerme una rápida revisión, me dijo: - Creo que tengo claro lo que necesita, ahora vuelvo. Nos quedamos solos la chica y yo, y entonces me susurró: - Se te ha notado mucho que esta señora te pone, aunque es un poco mayorcita para ti, no? Yo me quedé flipado, no esperaba eso, pero tenía toda la razón, así que le dije que sinceramente no me importaría ...
... echarle un buen polvo. Ella se sonrió, y cuando volvió su jefa le dijo: - Clara, si no te importa me marcho ya. Ella le dijo que por supuesto, y una vez se cerró la puerta se me acercó y me dijo mirándome a los ojos: - Casi mejor que nos deje solos. Creo que lo que le pasa, a la vista de los síntomas, es que está muy estresado. Si me permite el consejo, salga a divertirse y utilice esto. Y entonces alargó la mano, extendiendo sobre la mesa dos preservativos. Al ver mi cara de sorpresa, me aclaró que sabía por mi historial que estaba soltero y había deducido que trabajaba mucho y me divertía poco. ¿Me estaba recetando un polvo? Para colmo me fijé en su escote y el sexo me vino de lleno a la imaginación. - El sexo es fundamental para llevar una vida sana, hágame caso y busque una mujer con la que le apetezca disfrutar de algo de intimidad. Le hará muy bien para relajarse. Mientras me decía eso, yo no podía dejar de pensar en sus curvas, en esos pechos tan atractivos y en su culito, que me había dejado hipnotizado. No se me ocurría ningún plan mejor que seguir su consejo con ella misma, aunque a mí mismo me parecía un poco surrealista. Me fijé en su mano y no llevaba anillo, igual hasta estaba soltera, o divorciada... Me despidió muy amable, dándome la mano, y con ese gesto tan simple, se me volvió a poner dura. Salí de la consulta y no se oía nada en toda la planta. Me quedé un momento pensando y cogiendo aire, abrí la puerta sigilosamente y volví a entrar en la consulta...