1. MI APRENDIZAJE (Quinta parte)


    Fecha: 26/08/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Hernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... mamá... entro en el probador y veo si algo está mal... jajaja... Cuando no hay otro cliente en la tienda, la prueba puede durar mucho tiempo !... jajaja..."
    
    La comida se desarrolló en una atmósfera de total amistad. Todo lo que Carlos había cocinado era excelente : el ceviche, los macarrones con calabacín. Y como anfitrión distinguido, Carlos, a menudo servía vino a Adrian y a mi. Un excelente rojo chileno, bastante fuerte.  Y, obviamente, ni nuestro invitado, ni yo, pudimos soportar mucho tiempo tanto alcohol. Estábamos los dos cada vez más emocionados, y Adrian ya totalmente desinhibido no dudó en acariciar mi entrepierna, desencadenando erecciones increibles de mi órgano, y aumentando siempre más mi deseo de penetrar su hermosa colita. Yo también no dudé a controlar, a través de la tela, la firmeza de sus nalgas, y, deslizando mi mano bajo su cinturón, a hacer penetrar mi dedo en su raja, con el fin de encontrar su húmedo huequito...
    
    Carlos se dió cuenta de que no podiamos aguantar más. También él, en varias ocasiones, acariciando los glúteos de Adrian le preguntaba sí su culito se recordaba de las veces que su pingón lo había destrozado. Y de repente el dueño de la casa tuvo prisa de pasar a la secunda parte del programa...  Nos propuso que dejaramos la mesa como estaba : "Los platos, los fregaremos mañana... hay cosas más urgentes, no ?... Niños, que les parece ?" Nuestro trío se dirigió de inmediato a la habitación. Adrian se desnudó en dos segundos, y se ...
    ... apresuró a bajarme los pantalones :
    - "Ufff !... que rica la tienes ! Te lo habrá dicho Carlos : estas cositas me gustan a morir... soretodo cuando se hunden en mi culo !... Que hermosura, asi bien dura...Uhmmm... "
    Los tres nos acostamos en la cama. Carlos en el medio. Su enorme pollón había tomado su volumen y su rigidez habitual. Adrian no pudo esperar más, acercó su rostro y comenzó a fregar su cara sobre el capullo gigantesco del miembro de nuestro amigo. Lo pasaba y lo aspiraba como para apreciar el fuerte olor a macho que se desprendeba de esa pinga de machote. Luego empezó a lamer el monstruoso pedazo de carne y a chuparlo. Ese espectáculo me animó, y acercandome mi boca al pollón, empezé también a lamerlo. Nuestras dos lenguas se encontraban sobre el glande, o a lo largo de su tronco... o comiendo sus huevotes. Lo estabamos devorando por todas partes. Carlos lo disfrutaba, la dureza de su miembro y los gemidos que emitia eran las pruebas que el labor de nuestras lenguas era de su agrado.
    - "Que rico sabor tiene !... me gusta más que comer helado!...", comentó Adrian.
    
    Por mi lado, separé los muslos de Carlos para acceder mejor a sus genitales, y pasando mi lengua bajo sus huevos, disfruté del sabor fuerte de su perineo. Regresé a sus bolas y mojandolas bien con mi saliva, les ponía enteras en mi boca, una primero y después la otra. Carlos sorprendido gimió fuerte, y luego se puso a ronronear como un gato grande. Adrian, curioso, quiso saber porque gemía tan fuerte.
    - ...
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