TRES PENES INOLVIDABLES (Tercera parte)
Fecha: 29/09/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Hernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... confiar la exploración de la misma, aún cuando era sólo con la punta de mi dedo indice !...
Mi machote blanco me ordenó que hicieramos un 69. Inmediatamente su boca capturó mi pene, el cual a la primera succión liberó una cantidad alucinante de líquido pre-seminal. De mi lado, aspiré el aroma del cuerpo varonil del jóven Alemán. Olía a macho en formación, a hormonas, a sexo y lujuria, y, a pesar de su corpulencia, a una gota de inocencia. Relamí mis labios y enterré mi cara entre esas montañas de carne blanca. Hans gimió con mi verga metida en su boca. Su culo sabía ligeramente salado, tanto por el pre-semen que le había impregnado como por el sudor de su cuerpo. Simplemente excitante ! No quería perder más tiempo. Tomé su verga con las dos manos. Casi no cerraba su circunferencia. Y me dediqué a meter primero su cabezota en mi boca. La lamía y la chupeteaba de costado : su glande parecía una fresa. Luego me fuí metiendo ese cilindro carnoso todo lo que pude. No podía creerlo, cuanto más le miraba, más me calentaba. La lamí y la besé todo a lo largo, pasando la lengua por la unión del glande y del tronco, sobre su frenillo, algo que a él le producía un cosquilleo infernal. Hans gimió otra vez, muy fuerte. Era divertido porqué me sentía como un niño jugando con un juguete gigante. Usaba las dos manos para pajearlo, lento y rápido, suave y fuerte. Pasé su vergota por el costado de mi cuello y llegué a sus pelotas, enormes y calientes. Alternaba metiéndome una y después la ...
... otra, mientras subía y bajaba mi mano por su pija...
Mi verga estaba aprisionada contra su pecho y lo mojaba todo con mi jugo. Así fue como me incorporé, me dí vuelta y quedé frente a él. Hans estaba extasiado, jadeaba y me miraba a los ojos. Yo lo miraba desde arriba, con mi pija en su cara, que la tenía toda empapada, señal de que se había divertido bastante con mi cola.
- "Me vuelves loco !...", jadeó con una sonrisa leve.
Comencé a bajar lentamente y, al hacerlo, le pasé todo mi cuerpo por la cara, comenzando por mis pelotas. Al pasárselas por la nariz y la cara, sacó la lengua, se agarró de mis nalgas, otra vez, y fue deslizando sus manos por mis caderas y espalda. Yo le pasé de arriba a abajo la polla por la boca y la lengua, y él las lamió con gusto. Luego seguí bajando, y sus besos y caricias desfilaron por mi vientre y pecho, hasta que quedé trabado entre su verga y su pelvis, montado como un jinete en su caballo.
Entonces me le prendí en un chupón profundo, y él respondió abrazándome con sus dos brazos fuertes, cubriéndome el cuerpo y agarrándome del pelo. Las lenguas se juntaban y se peleaban. Este último, y que me agarra de los cabellos, me calentó de una manera que no pensé que podía hacerlo, y comenzé a subir y bajar las caderas haciendo resbalar su pijota blanca entre mis nalgas. Ambos siguiamos gimiendo, y los ruidos húmedos de nuestros besos nos incitaban a seguir ese juego. De pronto me dí vuelta, apoyando mi espalda en su pecho, y abrazé desde atrás ...