1. La casa en la playa 15


    Fecha: 07/12/2017, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... clavándolo a pijazos, moviéndosela a derecha e izquierda con fuerza, como para que el esfínter de Lucas nunca más volviera al estado virginal de la víspera. Lucas lo miraba eufórico y se masturbaba con fuerza. Cuando estuvo cerca de acabar lo puso en perrito con los brazos contra el colchón y en esa pose se vació dentro de Luquita, apretándolo bien contra él, mientras Luquita concluía su paja con otra lechada tremenda sobre las sábanas. Anto se la sacó y le dio un leve empujoncito en las nalgas para hacerle entender que se tendiera boca abajo, algo que Lucas necesitaba porque estaba extenuado, a pesar que le daba un poco de asquito acostarse sobre su semen. Antonio fue a recostarse contra la cabecera de la cama. Lucas lo miraba entre agradecido y avergonzado. -Te gustó, lindo? -Sí, mucho, pero me duele mucho el culo, me destrozaste. -Porque es tu primera vez, ya mañana vas a estar bien. Al fin te animaste! -Cómo, vos te habías dado cuenta que yo..., -Hace rato descubrí tus miradas, además cuando yo te conté mis aventuras con Gato y Mancha, vos te pusiste inquieto, nervioso, se notaba que en tu cabeza pasaba algo que no era rechazo a mi homosexualidad. Me quedaba ...
    ... una duda, si querías que te la diera o si me querías romper el culo, pero con la mamada que me diste, no me dejaste dudas sobre cómo empezar. -Por las dudas no te agaches, -le dijo sonriendo Lucas, -mirá que quiero probar todo. A partir de esa noche, Antonio y Lucas pasaron de amigos a amigos con derecho a roce y casi todas las noches, la pija gorda y cabezona de Antonio llenó el culito de Lucas, y algunas noches, la apreciable verga de Lucas hizo aullar de placer al chico de Madariaga que, cuando hacía de pasivo era tremendamente morboso y vociferante, por suerte el terreno era grande y seguro que los vecinos no escuchaban, menos mal que no vivían en el depa, porque los hubieran rajado por no dejar dormir a los vecinos. Antonio pasó todo el invierno y una temporada más en San Clemente. Luego regresó a Madariaga. Con los ahorros de esas dos temporadas, más un poco de ayuda del tío Juan, se compró una chata F100 y unos cuantos chanchos que le dio al tío para que se los críe. Al poco tiempo estaba viviendo con el tío, y por supuesto con Gato y Mancha. De hecho los salamines y el queso que les había servido en la picada se los había mandado Antonio, hechos en su chacra. 
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