Diario de un putito (4)
Fecha: 09/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... está bien, primo, sigamos entonces… Sentate, nene… -dijo y me señaló un sillón como de dentista ubicado ante un espejo… Puso el respaldo en 45 grados con un pedal y pude ver la escena: ella a mi derecha empuñando una pequeña maquinita depiladora de ésas que funcionan a pilas… La puso en marcha y comenzó a trabajar sobre mis cejas… Operaba con mucha seguridad, dando toques precisos en una y otra ceja… Por último trabajó con una tijerita pequeña y la tarea quedó completada… Puso el respaldo del sillón en ángulo recto y me dijo: -Mirate, Jorgito, ¿te gusta?... Eran cejas femeninas, dos delgadas líneas sobre los párpados superiores… No supe qué decir y el señor Roque me apuró: -Mi prima te hizo una pregunta, putito, contestále… -No sé, es raro, son… son cejas de mujer… Tengo que acostumbrarme… -murmuré sin dejar de mirarlas en el espejo… -Qué carita tan linda tiene… -comentó la señora dirigiéndose a mis dueños y ellos coincidieron… -Casi de nena con esos rulos hasta los hombros y ahora con las cejas depiladas… -dijo el señor Roque… -Le faltaría un toque de rubor… -¿puedo?... –dijo la señora Silvia despertando mi curiosidad… -¿Qué es eso?... –preguntó el señor Iñíguez… -Un poco de maquillaje, una coloración suave en los pómulos… -¡¿Maquillaje?!... –exclamé alarmado… ¡¿Van a maquillarme como a una chica?! ¡No, maquillaje no!... Ante mi reacción el señor Roque me aferro con fuerza por el pelo, acercó su rostro al mío y me dijo mordiendo las palabras: -¿Te estás revelando, putito?... ...
... ¿Eh?, ¡contestá! ¿te estás atreviendo a rebelarte?... Sabés muy bien el precio de eso… No más vergas, ¿eso querés, Jorgito?... ¿Querés quedarte sin vergas?... –finalizó con un tono de fingida suavidad… La amenaza me sonó terrible, algo imposible de soportar y entonces me doblegué… -No, señor Roque, por favor, eso no… Entonces me soltó y dijo: -Pedí perdón… -Perdón, señor Roque… -Al señor Iñíguez y a mi prima también pediles perdón… -Perdón, señor Iñíguez, perdón, señora Silvia… -murmuré… -Eso está mejor, nene, ahora tranquilito y dejá trabajar a la señora… -Sí, señor Roque… -acepté y empecé a sentirme muy excitado, cada vez más, ante el rigor con que me trataba el señor Roque y también, aunque me costaba aceptarlo, por esa feminización parcial a la que estaba siendo sometido… La señora Silvia tenía en sus manos un potecito de plástico negro y un pincelito de cerda suave… Con ese pincelito comenzó a pasarme el contenido del pote por los pómulos mientras yo miraba en el espejo los efectos de ese maquillaje… Por fin, la señora Silvia terminó la tarea y me dijo sonriendo: -Mirate, Jorgito, mirá que linda luce tu carita con ese toque de rubor… Miré y lo que vi fue un rostro de aire femenino dado por la abundante cabellera enrulada, por las cejas depiladas y por ese tono levemente rosado en los pómulos… Me sentí oscuramente atraído por ese aspecto que la señora Silvia le había dado a mi cara y eso hizo que me angustiara, pero no más que eso, porque en mí no había fuerzas ni deseos ...