Desahogo
Fecha: 11/12/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Erotismo y Amor
Autor: xavimysk, Fuente: CuentoRelatos
-Joder, las nueve de la noche pasadas… ¡Estupendo Javi! ¡ESTUPENDO! Hoy ni tan solo veras a los niños- Me gritaba a mí mismo en el coche mientras aparcaba en el parking de casa. Había sido un día especialmente jodido. Sí, era una putada que mi jornada laboral se alargase hasta tan tarde, pero ya tenía asumido desde hacía mucho tiempo que cuando un cliente venía a auditar la fábrica mi horario de trabajo comprendía tantas horas como fuesen necesarias. Al menos podía escaparme de las cenas de negocios y los compañeros asumían el último sacrificio del día sin mí. Aquel era un pequeño privilegio que el director tuvo a bien concederme desde que dos años atrás me había quedado solo con los niños. Tampoco podía quejarme ya que mi trabajo de ingeniero me proporcionaba los ingresos suficientes para que no les faltase de nada a pesar de estar los tres solos. No, no había sido mi maratoniana jornada de trabajo lo que tanto me había tocado los cojones aquel día. Perdonad por el taco, pero es que realmente me habían tocado mucho, pero muchísimo los cojones... A medio día había recibido una llamada de la innombrable. Sí, la innombrable es la madre biológica de mis hijos y digo innombrable porque hace dos años la muy puta, vaya al final la he nombrado por su verdadero nombre, dejo una nota en casa explicando que había conocido a otro hombre y que su vida no tenía sentido sin él, que si plin y que si plan y no sé qué más jilipolleces… y así, sin más, dejo abandonados a dos niños de dos y ...
... cuatro años junto a su marido. Me dolió mucho más por mis hijos que por mí. En fin, una pareja puede separarse, pasa a diario, pero una mujer que abandona a sus hijos pequeños por irse con un tío… Dos años sin saber nada de sus hijos, sin preocuparse por ellos en ningún aspecto ya fuese económico o emocional. No me diréis que no tengo derecho a llamarla puta. Y no me mal interpretéis, mi opinión sería exactamente la misma si es un hombre quien hace estas cosas. Abandonar a mis hijos es del todo inconcebible para mí. En fin, la vida tenía que seguir y yo puse todo mi empeño en sacar adelante a mis renacuajos. El tiempo paso y yo me acostumbre a mi nueva vida de total dedicación a mis hijos y al trabajo. Se podría decir que encontré cierta estabilidad emocional en mi nueva situación, hasta que aquel día recibí la fatídica llamada que consiguió sacarme de mis casillas. La innombrable, voy hacer el esfuerzo de llamarla así, decía que ahora estaba arrepentida de haber abandonado a sus hijos, que los echaba mucho de menos y que quería volver a retomar el contacto con ellos, que quizás con el tiempo incluso podíamos intentar la custodia compartida y que bla bla bla, no os aburriré más con lo que dio de sí aquella conversación, o más bien discusión. Supongo que ahora ya podéis comprender cuál era mi verdadero estado emocional aquella noche cuando llegue a casa. Si lo tuviese que describir con una emoción sería ira, si fuese con un estado de ánimo colérico. Una vez aparcado el coche tome ...