Convirtiéndome en prostituta
Fecha: 14/12/2017,
Categorías:
Transexuales
Confesiones
Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... trago “antes de entrar en los negocios” -“¿Debería darte el dinero ahora mismo?” -preguntó. "Oh, no, dejemos eso para después" dije sonriente. Daniel comenzó a desnudarse, primero la camisa y luego con sus pantalones. Pero antes de que él pudiera sacarse la ropa interior, me puse de rodillas delante de él y lentamente se la quité yo misma. Lo que encontré debajo de ella era una preciosa verga. ¡Sabía que iba a ser MUY feliz esa noche! Cuando lo toqué suavemente, pude ver cómo se transformó justo delante de mis ojos (y boca) en una enorme pieza de carne con una cabeza enorme y brillante; medía por lo menos 25 centímetros. Era una puta primeriza afortunada. Para entonces ya había me quitado parte de mi ropa. Tomé suficiente alcohol para estar totalmente desinhibida (y salvaje), así que una vez que se sentó en la cama, con las piernas abiertas, ofreciéndome su carne dura, me rendí y me puse de rodillas y como si fuera la última verga en la tierra. Lo agarré con ambas manos y lo tragué entero hasta tocar mi garganta en un solo golpe! Los 25 cm desaparecieron dentro de mi boca. Incluso yo misma estaba en estado de shock! "OMFG! - ¡Eso es tan putamente caliente!" Y luego, como tratando de protegerla, mantuve su verga entera en mi garganta durante 1, 2, 3... 10 largos segundos, hasta que la dejé totalmente cubierta con una capa de densa saliva. Y luego otra vez, y otra vez, y otra vez; él cogió mi boca una y otra vez, empujando mi cabeza contra su mazo. De vez en cuando, me ...
... golpeaba por la cara con su polla, frotándolo todo. Luego me pidió un 69; "Por supuesto cariño," dije, moviéndome encima de él, con mi verga justo encima de su boca. Empezamos una mutua danza de chupar verga, y garganta profunda entre nosotros. Soy una verdadera adicta a la verga; las piezas grandes me alocan y, si por mí fuese, podría haberme pasado la noche sólo chupando su carne dura. Pero por supuesto, mi cliente quería cogerme en el culo y yo, su puta, tenía que obedecer. Por mucho que yo quisiera ser totalmente inundada con su semen caliente y salado, ahora le tocaba a mi culito. Así que me puse en mis cuatro, boca abajo, las caderas alzadas, ofreciendo mi culo. David tomó su lugar detrás de mí. Como cualquier otro motel por horas, la habitación tenía espejos a nuestro alrededor. Había uno delante mío para que pudiéramos vernos el uno al otro, lo cual lo hacía más erótico aún. Pude ver entonces como ubicó su enorme verga delante de mi culo. Y entonces lo sentí: la enorme cabeza que entraba dentro de mi cuerpo... awww... y entonces, pulgada tras pulgada, su pene desapareció en mi culo. Me sentí en el cielo, drogada, intoxicada... su carne era tan gruesa que sentía como tener una lata de coca cola en el interior. "¡Oh, por favor, fóllame fuerte!", le supliqué, y luego, tomando mis caderas con ambas manos, comenzó a perforarme como una verdadera máquina de coger, sin parar. Entraba y salía, entraba y salía, una y otra y otra vez. Era tan ardiente verme en el espejo, siendo cogida ...