Convirtiéndome en prostituta
Fecha: 14/12/2017,
Categorías:
Transexuales
Confesiones
Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... por un hombre detrás de mí. Era como ver películas porno, y yo era la puta de la película - igual que las que envidiaba cuando comencé a vestirme como mujer. Me miraba al espejo y creo que hasta me sentía orgullosa de mi misma: “soy una puta… soy una puta…” repetía con una sonrisa. Mi largo cabello se mecía al ritmo de la penetración, cubriéndome el rostro. No sé cuánto duró en mi culo, perdí la noción del tiempo. Tomamos varias posiciones, en cuatro, sentada en su verga, de pie. Mi culo estaba tan hambriento de carne dura. Eventualmente él tuvo que vaciarse y yo no iba a dejar que el jugo se desperdiciara dentro de un condón así que, le ofrecí masturbarlo para que se vacíe sobre mi cara y cuello. Él aceptó por supuesto. Así que, cuando se sentó en el borde de la cama lo masajeé vigorosamente para sacarle toda la leche caliente (y yo estaba tan tentada a abrir la boca y comérmela toda). Frota y frota hasta que su verga explotó como un volcán, disparando enormes cargas de semen caliente y salado en todas direcciones. Apunté su pene a mi cara y cuello, cubriéndome con esperma por todos lados. Yo quería cada gota de ella. Quería ser bañada en ese semen lechoso. Daniel tenía harta leche, rociando todo mi cuello y pecho, pero luego dejando las últimas gotas para bañar mi frente y mejillas (y ...
... sí, simplemente no pude resistir la tentación de tomar algunas gotas con mi lengua). Luego de casi 3 horas, nuestra sesión había terminado. Nos vestimos y estaba lista para concluir nuestro negocio. Era tiempo de pago. "Tuve un tiempo increíble, bebé. Eres una puta increíble de verdad, así que voy a darle los 80 que pediste, más de 20 dólares como propina. ¿Te parece? "Claro cariño, gracias por eso. ¡También la pasé estupendo! " Cuando me entregó el dinero pensé "mierda, SOY de verdad, una puta. Estoy ofreciendo mi culo por dinero. Me pagan para que me cojan. Me he convertido finalmente en una puta travesti. Contra todo temor, no tenía ningún sentimiento de culpa, al contrario, fue realmente el inicio de una nueva etapa en mi vida. Ya no era solo una “tranny” que se “disfrazaba” de puta; ahora era una y por una extraña razón, me sentía incluso feliz por el “upgrade”… como un sueño hecho realidad. En los próximos meses mis sesiones de sexo por dinero fueron aumentando, de una a dos, luego 3, hasta 4 veces por semana. Empezaba a hacer buen dinero; al mismo tiempo, en la oficina cada vez se hacía más difícil ocultar la nueva Claudia. Pero esa noche simplemente regresé feliz a casa. Llegué a mi auto, me miré al espejo y me di cuenta que había estado por la calle con rastros de semen en la cara.