Mi sobrino politico me somete (3ra parte - Relatos Eróticos

Mi sobrino politico me somete (3ra parte

... otra vez mientras yo sollozaba deteniendome con ambas manos del refrigerador para no caerme de frente por lo violento de sus embestidas, el mordía mi nuca y espalda extaciado por lo erótico del momento, no supe en que momento me abandone y me entregue por completo dejando que hiciera lo que quisiera con migo, me mordió la espalda, clavo sus dedos en mis ingles obligándome a pararme de puntitas parando mas mis nalgas para ofrecerle una mayor penetración, me propinó mil nalgadas asta dejar mis blancas nalgas completamente rojas y adormecidas por el dolor, no se en que momento el dolor se convirtió en placer pero yo misma me sorprendí sollosando y quejandome de puro gusto. Por casi cuarenta minutos mi pequeño orificio de amor se vio invadido por aquel enorme trozo de carne ardiente que llenaba todos los espacios, nuestros cuerpos estaban empapados de sudor, el chasquido de nuestros húmedos sexos llenaba el ambiente de erotismo, de pronto victor se aferró con más fuerza de mis caderas, sus embates se volvieron más violentos, su respiración se acelero mas y todo su cuerpo se tenso para comenzar a descargar todo su espeso y caliente semen en el interior de mis intestinos, esa deliciosa sensación de las palpitaciones de su pene al eyacular dentro de mi terminaron de estimular mi próstata arrancandome un mega orgasmo, de pronto sentí como se humedecía toda mi intimidad asta empapar todo mi biquini con mis fluidos fue tanto el placer que casi caigo de bruces y así hubiera sido si mi ...

... pequeño amante no me hubiera sostenida, esos deliciosos segundos casi me arrancan la vida jijiji, poco a poco comenzamos a recobrar el aliento, victor halo un banco de cosita que se encontraba cerca y se sento en el sin sacar su pene del interior de mi cuerpo obligandime a sentarme encima suyo, me tomo de la barbilla y me obligo a boltear para besarme de nueva cuenta comenzando un suabe mete y saca, como yo estaba apoyando mis pies sobre el piso podía perfectamente controlar la penetración y me era mas fácil a mi marcar el ritmo y así lo hice, comencé a mover mis caderas ritmicamente, despacio al principio y después de unos minutos con más fuerza ante las exigencias de mi macho que me pedía que moviera mas las nalgas, Mientras yo chupaba el dedo medio de su mano izquierda con la derecha me torturaba deliciosamente a nalgadas, yo me acariciaba mi pequeño pene por encima de mi vikini cachetero imitando la masturbacion femenina deleitandome al sentir cada una de las nueve pulgadas deslizarce una y mil veces por el interior de mi ano. El por su parte estaba marabillado con mi movimiento de caderas y no paraba de decirme lo mucho que le encantaba mi manera de mover mis nalgas, hay me di cuenta que habían valido mucho la pena mis esfuerzos por aprender a mover las caderas empalada en alguno de mis dildos al ritmo del regueton. El sudor escurría por nuestros cuerpos asta caer al piso, nuestras bocas estaban resecas, nuestros corazones latían al mil, me dolia la cintura y por momentos ...