El juego del parchís
Fecha: 16/12/2017,
Categorías:
Masturbación
Sexo en Grupo
Lesbianas
Autor: aboixbcs, Fuente: xHamster
... una ficha y al contar veinte hizo lo propio con otra de Andreu. Entonces saltó alborozada en su asiento, miró a Laura con cara de perversa y ésta le respondió con un guiño de complicidad, sonriendo satisfecha. Era obvio que tramaban algo, por lo que empecé a preocuparme, al igual que Andreu que las miraba sin decir nada pero con cara de susto.-Muy bien, chicos, ésta es la jugada que Laura y yo estábamos esperando-, dijo mi novia corroborando nuestras sospechas sobre una conspiración femenina, y continuó: -Como los dos habéis perdido simultáneamente, vais a cumplir vuestras penalizaciones, por así decirlo, en equipo. Uno de los dos masturbará al otro y, a continuación, el que fue masturbado le hará al primero una mamada. Cada castigo durará cinco minutos, pero si alguno de los dos siente que se va a correr, avisará al otro para que se detenga el tiempo necesario y continúe luego hasta completar los minutos que le falten. Para decidir quién de los dos masturba y quién chupa, lanzaréis un dado cada uno y hará la mamada el que saque la tirada más baja.Andreu y yo escuchábamos a mi novia sin terminar de creer lo que decía y moviendo enérgicamente la cabeza y el dedo índice en señal de negación. Nos levantamos del sofá diciendo que de ninguna manera íbamos a cumplir semejante mandato. Les ofrecimos hacer cualquier cosa, salir desnudos al balcón, bañarnos en pelotas en una fuente pública o lo que quisieran, excepto eso. Pero ellas, ya en abierta alianza, se mantenían firmes. ...
... Alegaron, con toda la razón, que la noche anterior ellas habían realizado sin protestar el numerito lésbico que yo les mandé. Insistieron diciendo que por la mañana se acordó llevar adelante nuestros juegos sin restricciones, lo cual también era cierto.Para qué engañarse, no teníamos ninguna defensa. Los argumentos de las chicas eran inatacables y lo sabíamos. Nosotros sólo podíamos negarnos a cumplir el castigo sin más justificación que el mero hecho de que no nos apetecía. Era innegable que, tanto Andreu como yo, habíamos aceptado las reglas y en ellas nunca se excluyó el sexo entre hombres. Si no estábamos dispuestos a ello, debimos haberlo advertido en su momento. En mi caso debo reconocer que pensé en ese particular cuando se habló de las reglas a seguir, pero no quise mencionarlo: confiaba en que a nadie se le ocurriera introducir mandatos de esa clase y, además, no quería arriesgarme a que las chicas se negaran también a tener sexo entre ellas, lo cual habría sido una lástima pues me excitaba enormemente. Mónica y Laura amenazaban ya con abandonar los juegos para siempre si persistíamos en nuestra negativa. Y para demostrar que hablaban en serio, empezaron a vestirse.-Chicos, es lo justo. Nosotras ya lo hicimos ayer y bien que lo disfrutasteis, ¿no es cierto? Bueno, pues ahora deseamos veros a vosotros haciendo algo parecido-, señaló Laura mientras se abrochaba la falda. -Lo hemos hablado Mónica y yo hace un rato y las dos tenemos esa fantasía; nos da mucho morbo y nos excita ...