La nena del olor a pis
Fecha: 23/12/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... no podía pensar más que en él. Por suerte llegó el jueves, y ese día no faltó el dueño de mis locuras. Esta vez lo tomé por sorpresa. ¡adiviná quién soy?!, le dije cerquita del oído. Su cara se iluminó y la voz se le quebró de alegría al pronunciar mi nombre. Como estaba rodeado de pibes lo invité a comer unas galletitas. Me lo llevé hasta el último banco del pasillo donde por lo general nadie jode, lo besé en la boca, le mordí los labios diciéndole: ¡Te gustó mi olor pendejito?, qué hiciste con mi bombachita? La oliste toda, le acabaste en la cola o en la conchita?! Matías gemía inocente pero con la pija al palo. ¡Sí amor, la olí toda la noche, me vuelve loco tu olor a nena sucia, quiero tocarte la conchita y meterle deditos!, decía agitado pero consciente. Le metí la mano por debajo de su joggin, toqué su slip mojado por el vapor de su pene en llamas, entré bajo sus elásticos y aprisioné ese pedazo en mi manito. Le hice una pajita que no pudo durar mucho tiempo. De hecho, hubo que interrumpirla porque de pronto dos maestras comenzaron a pasearse por el lugar. El guacho se acabó todo encima justo cuando le saqué la mano, mientras yo le decía al oído: ¡Sos un chancho, pero me re gustás nene, me tenés loquita, y por vos me haría pis a donde quieras! Antes de irme lo dejé que me toque el culo y que me estire la bombacha, a la vez que otro hilito de pis imposible de frenar caía en la doble tela de mi ropa interior, y el timbre otra vez nos separaba. Cuando en la hora de ...
... matemática, Micaela, que es mi compañera de banco me olía tuve miedo de lo que fuera a decirme. Pero me gustaba eso, y hasta yo misma agachaba mi cabeza un poco para olerme. Pensaba en Matías y en su calzoncillo lleno de semen junto a sus compañeros, y me ardía la conchita. En el próximo recreo no fui a buscarlo. Tampoco quería que los pibes lo carguen conmigo, o que piensen que era su novia, o lo que sea. Pero el lunes no pude más, y lo primero que hice tras escuchar el timbre del segundo recreo fue comprarle una coca para ir a su encuentro. Esa vez él se había quedado en el salón terminando algo de química. ¡Hola chiquito, te acordás de mí no?, por lo visto no me vas a devolver la bombacha!, le dije, y se puso tan feliz que tiró su bastón y su celular al piso sin querer. Tranzamos re enloquecidos, y en cuanto se me escapó: ¡Te quiero coger nene, toda meada como te gusta! Sus manos fueron llevando mi cabeza desde su pecho hasta su bulto. Obvio, yo misma me serví de su pene tras liberarlo de pantalón y calzoncillo. ¡Mati, vos también tenés olor a pis, sabías?, y me parece que a lechita!, hace mucho que no te cambiás el calzoncillo?!, le dije lujuriosa, impura y pensando más con la concha que con el cerebro. Le lamí la pija, la tomé en mis manos para pegarme en la nariz con ella, le estiré el cuero hacia abajo para mirarle el glande, le di una escupidita y empecé a comérmelo con suavidad, sin olvidarme de gemir como una gatita. ¡Antes de tomarme tu lechita quiero que me hagas pis en ...