La nena del olor a pis
Fecha: 23/12/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... la oca. Querés?, le propuse sin ataduras. Pero Mati había ido al baño hacía unos minutos, por lo que en cuanto paré de mamarlo, solo pudo darme unas gotitas. Sin embargo, me calenté tanto que subí a su boca para besarlo y entonces volver a petearlo. No duró nada el cochino. En cuanto le conté que la n noche anterior me hice pipí en la cama de tanto pajearme pensando en él, un tsunami de leche colapsó mi boquita acostumbrada a oler a chicles y caramelos, y no a semen y a pis de varones alzados. Me escapé antes de que la directora me pesque en un aula ajena, y me uní a los de mi curso, pensando en que Mati aún no se había subido el pantalón. Me quedó latente en las ansias aquello de coger con el ciego más lindo de todos los que vi alguna vez. Pero no sabía cómo llevarlo a cabo. Al día siguiente, medio con carpa, una vez que estuve a su lado simulando hablar de música, de la abanderada que se embarazó de su hermano según los rumores, y de otras pavadas, le agarré la mano derecha para encerrarla entre mis piernas, la junté todo lo que pude a mi conchita, apretaba los muslos y le daba besitos en el cuello, y él se maravillaba ya que, ese día fui sin bombacha. ¡preparate nene!, le dije, y solté un pequeño chorro de pis, en el segundo exacto que él me decía: ¡Sos hermosa Agus, te quiero comer esa conchita y meterte la pija ahí adentro guachita! No pude prohibirle que me hundiera un dedo en la vagina, pero le saqué la mano en cuanto vi acercarse a la profe de historia. Por suerte ...
... no era a nosotros, sino a un grupito de pibas que se peleaba por un celular. De igual modo le dije: ¡olete la manito Mati, y lamete los deditos, que ahora tenés mi olor a pis en tu mano!, mientras le daba cachetaditas, le pellizcaba las piernas y le tiraba mi aliento a caramelo de frutilla en la cara. Ya no sabía contenerme. Pero estaba segura de que ese día lo dejé más loquito. Durante la clase de inglés se me ocurrió invitarlo a casa. Aún no había pensado en cómo presentarlo a mis papis. Ellos son de lo más anticuado que conozco, y no quería que él pase por un mal trago. Entretanto, al día siguiente me lo encontré comprando una aguita mineral, y me le colgué de los hombros. ¡Hola Mati, cómo está esa pijita preciosa y muuuuy rica?!, le susurré bajito, y él se dio vuelta para olerme. ¡tocamelá pibita, y dejame olerte toda en mi camita! No sabés cómo me masturbo con tu bombachita! Entonces lo tomé de la mano y le pedí que camine a mi lado. Me lo llevé al baño de chicas, me lo comí a besos contra una de las paredes, entramos a uno de los bañitos y lo hice sentarse en el suelo. Me subí la falda, llevé su cabeza lo más próximo que pude de mi sexo bajo una bombacha blanca y le dije: ¡oleme toda, tocame, haceme lo que quieras, y si querés pedime pichí Mati, que te meo todo! El pibe se sacudió el paquete con una mano mientras friccionaba su olfato vehemente sobre mi vulva, me colaba un dedito, lo lamía, besaba mis ingles y me olía desencajado, me pegaba en la cola y me mordía la ...