1. Historias de oficina (21)


    Fecha: 03/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos

    ... estamos acercando al punto cuando te diga Salta. El vehículo se acercó al lugar indicado a toda velocidad mientras éramos tragados por una gran arboleda que se encargó de ocultar la luz del sol, ante nosotros se presentó una pronunciada curva, ese era. Ese era el punto exacto. —Señor protégeme, señor protégeme, señor protégeme –rogaba como en una especie de mantra para mí misma. —¡Ahora! –grito. El vehículo bajo considerablemente la velocidad mientras tomaba la curva, abrí la puerta saltando sin siquiera pensarlo dos veces o sino el miedo me obligaría a quedarme. Caí sobre el suelo dando innumerables vueltas sobre el césped antes de detenerme, me levanté lo más rápido que pude y me escondí tras un gran eucalipto. Mi corazón bombeaba a diez mil revoluciones por minuto mientras imploraba que no me encuentren, vi pasar los tres autos a toda velocidad por lo que de a poco fui tranquilizándome. Ignoro por cuanto tiempo caminé, pero poco a poco comencé a divisar la ciudad –se discreta –dijo el extraño sujeto, realmente con pantalón jean ajustado, camisa blanca abierta y sin corpiño no creo que sea posible. Abroche hasta el último botón de mi ropa mientras recorría las calles de la pequeña ciudad, entre en una estación de servicio buscando un teléfono. Las miradas se posaron sobre mí al instante, sobre todo de los hombres. Caminé lentamente por sus pasillos tratando de llegar al mostrador, pero mientras lo hacía sentí una fuerte nalgada sobre mi cola, al darme vuelta vi era un ...
    ... hombre que sonreía como un idiota mientras sus amigos lo festejaban. Bravo el gran hombre, decidí ignorarlo ya muchos problemas tenia —Disculpe necesito usar algún teléfono –dije dirigiéndome al adolescente encargado de atender al publico El torpe muchacho me observaba de arriba abajo como si estuviera desvistiéndome con la mirada, fue tan evidente que sentí bastante incomoda por lo que decidí ponerme más dura. —Ey… ¿me estas escuchando? —Por allá –dijo sin mirarme a mis ojos sino más bien a mis senos. —Gracias –respondí de mala forma. Caminé un par de metros hasta que en un rincón vi un par de teléfonos públicos, realmente imaginaba que no existían más, revisé entre mi dinero dándome cuenta de que no tenía ni una triste moneda ¡Que mierda! —Disculpa –dije nuevamente al adolescente estúpido– no tengo ni una sola moneda ¿me prestas tu celular? Te doy un billete de cien. —Dame un beso y te lo regalo. —Quieres el billete o se lo pido a alguien más. El torpe muchacho accedió regalándome una sonrisa estúpida. Realmente me molesto mucho, pero por el otro lado lo entendía, le gustaba y no podía enojarme por eso. El teléfono llamo y llamo y llamo… hasta que… —Vask –respondió. —¡Hola mi amor! —¡Mariza! ¿Dónde estás? ¿Estás bien? —Si, si estoy bien. No sé dónde estoy, es un pueblo llamado tranquera o tranqueras… no sé. —Tranquila… mi amor ya está, quédate en un lugar público o anda a alguna comisaria. Voy a buscarte inmediatamente. —Apúrate –dije casi llorando —Ya voy mi amor, conta el ...
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