El Chantaje
Fecha: 03/01/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... y enorme edificio de nuevo, y llegué con el guardia hasta la tercera planta del despacho de la zorra Mar. Abrí la puerta y le dije al guardia que ya se podía ir de nuevo a la puerta principal, sonriéndole y dando las gracias. Cuando entré de nuevo en el despacho ya se habían vestido de nuevo. Lo primero que hice fue desconectar el telefonillo de contacto con el guarda de seguridad y con todo el edificio, pero estaba vacío. Mi plan se enderezó de nuevo. "Y bien. ¿Donde están las jodidas fotos?" dijo Mar. "Están fuera, en el edificio, pero escondidas, aún falta una parte del pago del despido" le contesté. "¡Eso no era lo acordado! ¿No tiene suficiente con todo lo del talón? ¿Qué quiere?". "Oh. Es que me has puesto cachondo con esa ropa que llevas, Mar. Y tus amigas tampoco están tan mal. (Jessi era la que estaba menos cachonda, aunque tenía un buen culo. La otra, que se llamaba Noelia, era un cañón de mujer; estaba tan buena como la puta de Mar, tenía unas curvas impresionantes y era rubia de melena larga) Me gustaría no interrumpir lo que ibais a hacer antes de que llegara". Me dirigí hacia Mar y la comencé a sobar un poco con la ropa puesta. Sabía que no tenía más remedio que dejarse llevar hasta que consiguiera esas fotos (que en realidad, no existían...). Por fin iba a probar aquella fruta prohibida. Sobé aquellos pechos preciosos por encima de la ropa y metí una mano por debajo de la minifalda. La muy puta no llevaba ropa interior, iba ya preparada para follar después ...
... de que se fuera la secretaria... Parecía que le iba gustando lo que le hacía con los dedos en su depilado coñito, que soltaba suspiros y casi se había olvidado que el que se lo estaba haciendo era el cabrón que la había pillado fornicando. Casi me olvidaba de los otros presentes... Al Leo lo podía echar de allí, pero si lo dejaba marchar podían surgir complicaciones así que lo mandé a un rincón con la que no estaba cachonda, Jessica. A la tía cañón, Noelia; la mandé venir hacia donde estábamos Mar y yo. Saqué mi verga y Mar estaba tan excitada, era tan puta, que ya no esperó a que le ordenara que me la mamara sino que ya se lanzó a por ella y comenzó chupármela. Mientras a Noelia la comencé a desvestir. Ella llevaba un tanga minúsculo y un sujetador rojo. Le acaricié con una mano los pechos y con la otra le quité el tanga hasta las rodillas y quedó descubierto su sexo, con escaso vello púbico, que le daba cierto atractivo. Mientras Mar ahora ya le daba verdaderas chupadas de puta a mi polla, le desabroché el sostén a Noelia; y aunque a lo lejos divisaba unos pechos bastante pequeños, me llevé una tremenda sorpresa con aquel par de pezones enormes, duros como una piedra. Me lancé como un bebé a succionarlos con desesperación. Los mordisqueaba, chupaba, rodeaba con mi lengua... y a esta tampoco le importó que fuera un cabrón chantajista puesto que soltaba varios pequeños gemidos de placer, ya que ella se tocaba su chocho al mismo tiempo. Así continuamos hasta Mar se hartó de ...