Reconciliacion de un cornudo y su novia en su fies
Fecha: 06/01/2018,
Categorías:
Fetichismo
Voyerismo
Tabú
Autor: parejafartun, Fuente: xHamster
... como si se la estuvieran cogiendo. Le habían subido la minifalda hasta la cintura y se le veía la tanguita blanca enteradísima en su culazo perfecto. Me pareció incluso que ya le metían mano por debajo de la tanga, pero no sé... Apenas nos vio, mi novia vino corriendo en medio de un griterío de felicidad y se colgó de los dos negros, celebrando su llegada.—Malena, ¿qué onda? —le pregunté mientras ella besaba a uno de los negros casi en la boca y se dejaba tomar una nalga entera—. Estás casi en bolas y te dejás manosear como si fueras una...Malena giró hacia mí. El otro negro aprovechó para meterle mano también.—No empieces. Estábamos bailando regetón —Se bajó y acomodó un poco la minifalda gris—. Andá a terminar de poner la mesa, no me hagas enojar.Golpearon la puerta y ya ni quise saber quién venía, me fui a la cocina. Al regresar me dio un escalofrío. Había llegado el último, Manuel, que me saludó muy afable y con una sonrisa, y yo me quise morir: Manuel era el portero del edificio. Lo último que quería era que mi futuro portero viera a dos tipos bailando regetón con Malena de la manera que lo estaban haciendo.Comenzaron a acomodarse todos en la mesa, parecía que por fin dejábamos las tonterías de los bailecitos y nos metíamos en el cumpleaños. Malena se ubicó en una punta. Cuando yo iba a hacer lo mismo, me atajó.—Betusto, ¿qué hacés? Tenés que servir la comida.Me congelé. Con el culo en el aire, sin apoyarlo en la silla.—Pe-pero... Mi amor... yo...—Dale, Betusto, que ...
... tengo invitados. No me hagas problemas.Fui a la cocina escuchando cómo se reanimaba la charla. “Male, estás cada día más perra”, oí claramente a Manuel.Fue una cena difícil de describir. Comencé a servirles a todos, pero eran muchos y al terminar con el último, Malena me ordenó que me encargara del vino. Apenas volqué la última gota me senté, y al comer mi primer bocado Male dijo:—Oírme, inútil, ¿no te diste cuenta que se acabó el vino?Me quedé sorprendido. Male nunca me había tratado así, ni siquiera durante aquella pelea. Me levanté de inmediato, fui a buscar otra botella y lo serví.Me senté nuevamente, pero nada más agarrar los cubiertos y otra vez mi novia:—Alcanzale el pan a Parteculos.Todos rieron. Yo no. Me levanté, rodeé la mesa y moví la panera que estaba a menos de un metro del susodicho. Prácticamente no pude comer nada. A cada rato debía atenderles. Pero eso no era lo peor: debía escuchar sus charlas, todas anécdotas asquerosas de sus proezas sexuales. De sus gustos. De sus fantasías. Y de lo que pensaban cumplir esa misma noche...Al oírlo, escupí el primer trago de vino que lograba tomar en toda la noche.—¿Qué hacés, pelotudo? —se enojó mi novia, porque salpiqué a los que estaban al lado—. Viniste a arruinarme el cumpleaños, ¿no?Algunos se levantaron de un salto. Otros se atajaron con servilletas. Malena me tomó del pelo de detrás de las orejas, con dos dedos, como hacían las matronas hace cien años, y me llevó así a la cocina, delante de todos.—Oírme, Betusto, si te ...