Ana (9)
Fecha: 06/01/2018,
Categorías:
No Consentido
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... quedó otra que admitir que acababa de descubrir su bisexualidad. Salieron como lo habían acordado, el sábado a la noche. Micaela fue a casa de Ana y ahí se cambiaron y maquillaron. Ana llevaba un pantalón de jean que se adhería perfectamente a su cuerpo y resaltaba las infartantes curvas de su cadera y su trasero. Arriba vestía una blusa blanca de hombros descubiertos. Micaela optó por ponerse uno de sus diminutos shorts que resaltaban sus impresionantes piernas. Esta vez era uno blanco con flores azules y rojas, y arriba una musculosa negra — Que linda estás. —le dijo Ana a su amiga, sinceramente admirada por su belleza. — Vos, también. Mirá lo que es ese culito. —contestó Micaela, pellizcando el trasero de Ana.— Andrés se va a volver loco cuando te vea. —agregó.— y acordate amiga, si no te gusta, por favor no te acuestes con él. Yo voy a estar ahí para cuidarte. —le dijo, y desde atrás envolvió su cintura con sus brazos y le dio un beso. Los hombres pasaron a buscarlas en auto y las llevaron a un bar. La cita que le había preparado su amiga, el tal Andrés, era un hombre de unos cuarenta años, con abundantes rulos, que estaban peinados de una forma desprolija. Los botones desabrochados de su camisa dejaban ver el frondoso vello de su tórax. No era particularmente bello. Pero resultaba interesante. Sabía mucho de literatura, y conocía muchos lugares, ya que le encantaba viajar. Y por lo que Ana dedujo, no le gustaba mucho trabajar. Era un bohemio que era feliz con cosas ...
... simples: un departamento en un barrio tranquilo, un asado con los amigos, una birra cada tanto, y una mujer calentándole la cama de vez en cuando. Le cayó bien, a pesar de que se puso un poco aburrido cuando empezó a hablar de las series que veía. Además, su estatura presagiaba un miembro viril de tamaño importante. Se notaba que el tal Andrés no era tan amigo de Micaela como había pretendido que Ana crea. En realidad, Micaela era una vieja conocida de Joaquín, el tipo que casi seguro terminaría adentro de ella en unas horas. Andrés era amigo de Joaquín y de ahí conocía a Micaela, quien, por algún motivo estaba convencida de que era el hombre ideal para su solitaria amiga. Ana no creía que Andrés fuese su hombre ideal. Lo veía demasiado tierno, demasiado bueno. Y ella era un infierno, que estaba acostumbrada a las relaciones viscerales, y tormentosas, porque creía que la pasión y el dolor no podían separarse. Sin embargo, para pasar la noche no estaba mal. Tomaron bastante cerveza en un bar elegante de Ramos Mejía, cosa que influyó en el ánimo de Andrés, quien de otra manera no se hubiese animado a intentar besar a Ana cuando estaban jugando al billar. Ella lo rechazó, pero ambos sabían que en próximos intentos no le iría tan mal al hombre. La noche terminó, al menos en apariencia. Joaquín ofreció llevarlas, y Micaela, aunque no fuese la dueña de casa, una vez que llegaron, los invitó a tomar un último trago en la casa de Ana. Su amiga y su amigovio se pusieron cariñosos y ...