v) El día a día
Fecha: 07/01/2018,
Categorías:
Gays
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... encuentro de mi familia con un acuerdo unánime para repartirme entre ellos. Comenzamos a comer la cena fría que nos esperaba como si fuera un día normal en nuestras vidas, pero terminaba de aceptar que sería su amante durante años. Nos reiríamos en la cena, cuando Óliver contaba como eran algunos de los lugares donde tuvo que dormir con sus compañeros del intercarril y las aventuras vividas. Era la hora de ir a la cama y ninguno se movía de las butacas mirando televisión hasta que abrí la boca bostezando. Nuestro padre fue el primero que se levantó estirando los brazos. -Voy para arriba, tengo que lavarme y aún ando torpe. -Rafa le miró y dejó de acariciarme un pie que tenía en la mano al estar tumbado con la cabeza sobre las piernas de Óliver y los pies en su regazo. -Enseguida subimos los demás. -escuchábamos correr el agua y al cabo de unos minutos Óliver me habló. -Ve a prepararte que traigo fuego en mi polla para darte. -tiré del pie que mi otro hermano besaba y me dejó levantar. Mi padre había salido del baño y veía luz en su habitación, me lavé y preparé para lo que tuviera que llegar, no sabía lo que iba a ocurrir y actué con normalidad pasando a la habitación, tumbándome boca abajo sobre la cama, desnudo y listo para ser usado. Enseguida llegó Óliver y se encaramó sobre mis nalgas apretando el pecho en mi espalda, montándome bien acoplado, me besó la cabeza y sentí la suavidad de la piel de su verga en contacto con mis piernas. -¿Te has acordado de mí?, has estado ...
... un mes sin tu macho, porque lo sigo siendo, ¿verdad que sí putita? -era una forma de hablar, le gustaba sentirse así y por mí no había inconveniente, le daría a cada uno lo que pidiera y le gustara. -Sí Óliver, he extrañado tu rica verga. -se sentó en mis muslos y con las manos daba masajes en mi espalda y los hombros, bajando hasta los muslos y apartó su culo para llegar a las pantorrillas, otras veces me besaba causándome cosquillas, llegó al cuello para posar los labios donde sabe que me gusta. Comenzó a restregar el cuerpo con el mío logrando que comenzara a gemir y sentir un gran placer, esperaba que me hubiera metido la verga sin piedad en el culo y estaba dándome amor, me encantaba. Cerré los ojos para disfrutar de sus roces, del masaje que me daba con el cuerpo frotándose con suavidad, haciéndome sentir la verga dura en la espalda y las nalgas, el roce del vello de su pecho y sus testículos en las piernas cuando me las abrazaba entre las suyas, gozando del alivio y la relajación después de unos momentos tan tensos escuchándoles discutir. Me sentía en una nube flotando placenteramente lleno de sensaciones maravillosas mientras resbalaba sobre mi piel, hasta que colocó las manos sobre mis redondos glúteos, abriendo con los dedos mi culo, pasándolos ensalivados por la raja de arriba abajo. Me gustaba, me enloquecía y abría deseoso el anito cuando comenzó a deslizar la polla por la raja anal, luego me separó las piernas para seguir dando masaje a mi hoyito y a besarlo. ...