1. Dulce y amarga amistad (07)


    Fecha: 07/01/2018, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... los ojos solamente una rendija para ver la tenue luz que se metía entre la hoja y el marco de la puerta. -Se fue abriendo lentamente y su sombra se dibujó contra la luz encendida del pasillo, solamente tuve tiempo de ver su perfilada silueta y un clic metálico interrumpió la corriente, la oscuridad volvió a reinar envolviéndolo todo, solo se veía el ligero y blanco resplandor de la luz de la fachada exterior que entraba por la ventana. Tenía el corazón en un puño sintiéndome desfallecer al sentirle avanzar hacia mi cama. -Alfonso, ¿estás dormido? -Su voz sonaba cariñosa, varonil y en tono muy bajo. -¡No! –Debió notar el temblor de mi voz. -Tampoco yo puedo conciliar el sueño, ¿te molesta si me tumbo a tu lado? -¡No! –Creo que mis nervios eran patentes ahora. Me aparté un poco para dejarle sitio. El peso de su cuerpo hundió el colchón, sin llegarnos a tocar notaba el frescor de su cuerpo recién duchado y el olor de su colonia que se había echado, ¿para ir a la cama simplemente? -Parece increíble, estoy sintiendo frío. –Se aproximo a mí haciendo como si temblara. Los pelos de su pierna rozaban con la mía y su cadera aprisionó mi brazo, me di cuenta de que estaba completamente desnudo y me quedé en suspenso sin respiración. Por el rabillo del ojo veía el brillo de sus negros vellos del pecho. -Aunque no lo creas siempre te he apreciado y me has interesado, más de lo que puedas imaginar. –Había girado la cabeza y su aliento me llegaba al cuello. Entonces sujetó mi mano ...
    ... agarrándola fuertemente con la suya. -Pienso que podemos entendernos, me gustas Alfonso, eres un chico dulce y bello. -Colocó mi mano sobre su abdomen y la aplastó frotando los vellos hasta llevarla hasta su tetilla y allí me la aplastó contra ella. -¡Pero!... -También se que tú sientes algo por mí, te sorprendo mirándome a menudo. –Tenía mi mano muerta sobre su fuerte pectoral y comenzó a frotar mi mano contra su tetilla hasta se le puso erecta. -Marcos, no debemos, tu eres el novio de mi madre. –No sabía de dónde sacaba fuerzas para seguir resistiéndome. -Y la quiero, la sigo queriendo, a los dos os quiero mucho. Ella viaja demasiado, cuando no está aquí, la extraño y tú…, tú puedes sustituirla. -¡Por favor Marcos, no!, ¡por favor! -Su ardiente boca estaba besando mi oreja y mordía mi lóbulo haciéndome estremecer. -Alfonso tú también lo estas deseando, no lo niegues. Puedo darte más placer que cualquiera de tus amigos. –Se giró y se pegó completamente a mi cuerpo, su duro falo se unió con mi pantorrilla y suspiré comenzando por mi cuenta a acariciarle el pecho. -Dime que tú también me deseas, dímelo. –Me di la vuelta y coloqué mi cara sobre su peludo pecho. Mi chaqueta se había abierto y Marcos agarro mis glúteos aplastándome su dura y húmeda verga en la tripa, apretaba su rigidez como si quisiera traspasarme y agujerearme el vientre. -Sí, sí que te deseo Marcos. –Me besó la naricita lamiéndola y luego colocó los labios sobre los míos. -Vas a ser mío desde ahora, mi bebito hermoso, y ...
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