1. Mi madre, mi primer amor y mi primera mujer poseida por mi. Primera parte


    Fecha: 13/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... levantarse y quitarse el camisón ella se quedaba desnuda; un camisón por cierto de esos cortitos que por delante simplemente tapan justo el chochín y por detrás dejan al aire la parte más baja del culo permitiendo ver algo de la rajita, esa parte de la rajita que se curva para ir a buscar el chochín. Esa visión de mi madre me gustaba, pero yo no sabía el porque, ni la asociaba yo con nada sexual pues tendría yo unos seis años, aunque a veces se me producía una erección que yo al principio no asociaba a la visión, pero luego poco a poco sí que fui asociándola. De hecho, cuando yo a los siete años pasé a adormir a otra habitación algunas veces yo aún veía a mi madre que se levantaba de la cama e iba al baño paseando por la casa llevando solo el camisón y me encantaba asomándome a la puerta de mi habitación verla andar y como al ritmo de sus caderas el bamboleo del camisón iba dejando ver ahora un poquito menos ahora un poquito más su culito y esa deliciosa rajita , y luego de vuelta a su habitación verla venir de frente y poder ver a veces un poquito de su vello púbico y de sus bien proporcionadas tetas que se dejaban ver gracias al generoso escote de aquel camisón de ensueño. Volviendo a cuando dormía en el cuarto de mis padres, mi madre cuando se levantaba, siempre lo hacía de espaldas a la cama donde yo aún estaba, supongo que aunque yo era pequeño prefería por pudor mostrar su culo y no su chochín, así que yo siempre veía a mi madre por detrás, la espalda , sus hermosas ...
    ... piernas y su culo, un culo que me ha fascinado toda mi vida. Ahora al contarle yo mi problema ella me había pedido que se lo enseñase y yo estaba deseando quedarme desnudo ante ella, pero a la vez me daba vergüenza debido al pequeño tamaño de mi mingola (así llamaba ella coloquialmente al pene), pero a la vez sabía que ella sería comprensiva y en ningún momento se iba a reír de él. Así que le dije: Esta bien, mañana te lo enseñaré. Al día siguiente era fiesta y tendría tiempo por la mañana para enseñárselo con tranquilidad . Aquella noche estuve muy excitado mentalmente, pero no tenía erección, sin duda debido al nerviosismo que la situación me provocaba. Me preguntaba yo, si la excitación que me producía el hecho de quedarme desnudo delante de mi madre, y por lo tanto de una mujer, de una mujer de bandera como ella era, me produciría una erección en su presencia o si por el contrario el gran nerviosismo que sentía impediría la erección. Me levanté temprano, me duche, me limpié los genitales a conciencia, me perfumé y una vez bien seco me dirigí al cuarto de mi madre llevando puesta solamente una camiseta larga que llegaba justo a taparme el pene y mis genitales, por lo que simplemente tirando de ella un poco hacia arriba estos estarían al descubierto. Antes de ir al cuarto de mi madre me miré la mingola, me pareció pequeñísima, más pequeña que nunca, sin duda los nervios no ayudaban sino todo lo contrario, me la estiraba para hacerla más grande, pero no servía para nada. Me ...
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