La Cala
Fecha: 13/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... planes. Se sorprendió por mi respuesta temiendo lo peor, pero no se atrevió a decir nada. Yo pise el acelerador y adelante a los otros tres que iban en el otro coche. Les hice una señal para que pararan en el arcén y me bajé del coche. Meritxell me seguía precipitadamente y muy preocupada por lo que iba a pasar.... - Lo he pensado mejor y creo que el sitio este al que vamos no es lo mejor.... Los otros se quedaron sentados mirándose mutuamente, probablemente pensando que ya se me había pasado el "efecto" del gin tonic así que me decidí a darles una pista sobre mis planes, pero sin contarlo todo: - Creo que con las ganas que tengo de ponerme cómoda y de darme un buen baño para sofocar este calor no podré aguantar tantos kilómetros, así que si no os importa y confiáis en mi, seguidme que yo os llevaré a otro sitio... Aquello les confundió aún más. No sabían a donde los iba a llevar y les estaba pidiendo que pusieran en mis manos su fin de semana. Tan sólo Mavi se atrevió a abrir la boca: - Anna, yo también tengo el mismo problema que tú. Tengo ganas de ponerme cómoda y quitarme todo esto que llevo encima, pero es que no hay ninguna playa decente por esta parte de la costa. La conozco bien , créeme. Este comentario me vino como anillo al dedo. Sin darse cuenta me estaba ayudando a re-programar todo el fin de semana.... - Bueno, si conoces bien esta parte de la costa sabrás que por aqui no hay bares ni restaurantes, así mejor paramos más adelante y nos compramos algo de comida y ...
... bebidas. Así que sin darles opción para hacer otro tipo de comentario, me volví, subí al coche y arranqué el motor esperando que Meritxell se subiera al coche. Por el retrovisor pude ver que se cruzaban unas palabras y vi como Mavi y Jose pusieron una cara de preocupación que Meritxell se encargo de calmar. Subió al coche y sin decir nada más nos pusimos en marcha. A los pocos kilómetros tenía que haber un supermercado si me habían informado bien. Uno de aquellos chicos a los que pagaba por echar un polvo durante los fines de semana me contó una vez cierta aventura que transcurría por estos alrededores, así que yo no iba totalmente perdida. Tras hacer acopio de latas, sandwichs preparados y algunas botellas de ginebra y whisky, nos pusimos de nuevo en marcha. Todos estaban muy sorprendidos al ver lo que compramos, ya que fui yo quien llevé la voz cantante. 15 minutos más y señalizo una maniobra para salir de la autopista y tomar una pequeña carretera que parecía conducir a ninguna parte. Meritxell había seguido callada hasta que me vio tomar la salida de la autopista. Después me confesó que se sentía tranquila pero que no tenía ni idea de mis planes hasta que me vio salir de la autopista. 20 minutos más por una carretera sinuosa, en muy mal estado, entre pinos, con un calor asfixiante y finalmente llegamos a un punto de la carretera donde había una cadena que cerraba el paso. Recordé lo que me explicó aquel chico... y sin dar explicaciones me bajé del coche y tomé uno de los ...