1. Otro cuerpo - Felipe


    Fecha: 14/01/2018, Categorías: Infidelidad Autor: ByeByeTabu, Fuente: SexoSinTabues

    ... esperando que vinieras y siempre me ponías excusas. ¿Qué acaso ya no te gusta cómo te follo? Yo: Suéltame, desgraciado. – No lo quería creer. MI MALEEN Y KEVIN. Estaba muy enojado, pero esa rabia combinada con las caricias que me hacía en las nalgas y pecho estaban causando algo en mi que yo no quería. Intenté forcejear un rato, pero me era inútil con su complexión y mi cuerpo de chica. Decidí que no podía escapar, así que cambié mi plan y lo seduje hasta el sillón, pidiéndole que se masturbara para mi. Cuando se bajó los shorts y calzones no pude evitar dejar de ver su miembro, pues yo creía que me daría algo de asco, pero no era nada así. Él se masturbaba lento y yo quería que acabara para poder irme, así que comencé a acariciarme sobre la ropa para excitarlo, sólo que yo me calentaba también al hacerlo; me quité lentamente la ropa y prácticamente nos masturbamos mirándonos uno al otro, hasta que su voz rompió la atmósfera – dame una mano, aunque sea -. No tengo idea de qué pasaba por mi mente en ese momento, pero me acerqué y me arrodillé frente a él, tomando su miembro con mis manos para masturbarlo lento, acariciar sus ...
    ... bolas y embriagarme, como nunca lo había hecho, con su olor a polla. De un momento a otro saqué la lengua y, empezando por la base de su pene, le di un lngüetazo largo hasta la cabeza. Fue una sensación indescriptible, además de que me encantó el sabor de los jugos preseminales. Comencé a lamerlo a lo largo y ancho, para después hacer círculos con mi lengua sobre su glande, tratando de absorber todo el jugo que le salía. En un impulso le dí un beso en la cabeza y, acompañado de mi lengua, fui metiendo y sacando ese pene de mi boca, primero sólo el glande y luego un poco más, hasta que me sentía ahogada y seguí así lento, pero aumentando el ritmo más y más, llegando a un frenesí donde nada me importaba, sólo succionar esa deliciosa polla que tenía entre mis labios. Sacándome de mi trance, Kevin me tomó de la cabeza y, evitando que me sacara su verga de la boca, se corrió, obligándome a tragar su semen para no ahogarme de verdad. Pero no me importó, pues me gustó mucho el sabor, tanto así que me acerqué a limpiar los restos que habían quedado en su polla y, mirándolo a los ojos, sólo pensaba en que él seguía duro y yo caliente. 
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