1. Mi tía me descubre oliendo sus bragas


    Fecha: 18/01/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: RaxterTales, Fuente: CuentoRelatos

    Desde siempre me ha gustado oler las bragas usadas de mi madre, hermana, novias, amigas, etc., cada oportunidad que tengo las agarro y me las llevo a la nariz para esnifar aquella combinación de jugos y sudor, siempre que voy a una casa pongo alguna excusa para poder ir al cesto de la ropa sucia. Un día mi tía me llama para que le ayudara a limpiar su casa ya que tenía poco de haberse mudado, así que con mucho gusto acepte. Mi tía es una cuarentona recién cumplidos, divorciada, no entiendo como su marido la pudo abandonar, se conserva muy bien está un poco gorda pero tiene unas tetas que me han vuelto loco desde chico, tiene un hijo de 8 años. Al llegar a casa iba con buenas intenciones pero al abrir la puerta me recibió en pijama con una blusa blanca sin brasier que transparentaban sus tetas, mi pene ya empezaba a reaccionar apretando mi pantalón. — Uff queda mucho por hacer. —Ya veo, ¿Por dónde empezamos? — Estaba acomodando el cuarto de mi hijo antes de que llegarás, si puedes por favor lleva estás cajas al mío. Sus tetas estaban totalmente erectas y con el sudor de estar acomodando se alcanza a transparentar un poco, tenía ganas de masturbándose ahí mismo, me imagina como debían oler aquellas bragas que llevaba puestas, tome las cajas y me dirijo a su cuarto. Al llegar lo primero que hice fue ver dónde estaban sus bragas, revise cajones y allí estaban, de todos los colores rojos, negros, blancos sobre todo de encaje, lamentablemente estaban lavados y lo único que olía ...
    ... era a jabón, así que comencé a acomodar lo que había en las cajas, pasaron unos 15 minutos cuando mi tía entra al cuarto. — Me voy bañar que apesto a sudor. Su cuarto tenía baño así que entró ahí mismo, estaba a una puerta de ver a mi tía desnuda, mi verga estaba a reventar, en eso escucho la regadera, era mi oportunidad de oler aquellas bragas, entre con mucho cuidado tratando de no hacer ruido y vi su ropa en un cesto, mi corazón latía muy rápido, solo veía la silueta de mi tía en la cortina, rápido tome sus bragas y salí, me tire en la cama, desabroche mi pantalón, me comencé a masturbar oliendo aquellas bragas, su olor era penetrante, lamia y me masturba, perdí la noción del tiempo cuando de pronto la puerta se abre, Lo que veía mi tía era una verga de 17 cm siendo masturbada mientras olían su braga, con cara de enojo y asombro me dijo. —¡¿Que estás haciendo?! Tremendo susto me lleve, me tape con la sábana. —Perdón, perdón, discúlpame. — ¿Estás loco? Soy tu tía. —Lo siento, es algo que no puedo controlar. — Eres un pervertido. Lo decía mientras miraba la carpa que se había formado en la sabana debido a mi erección. Dio un gran suspiro y dijo: — Mira, entiendo que estas joven y que tus hormonas están locas pero soy tu tía. Dime ¿qué estabas haciendo oliendo mis bragas?, deben oler feo, ¿no te da asco? —Es lo que me gusta de olerlas, la combinación de jugos y sudor hacen que se me ponga dura. — Si ya vi que tan dura. Soltó una pequeña risa. Al llegar se veían marcados tus ...
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