Mi padre... el militar.
Fecha: 20/01/2018,
Categorías:
Gays
Masturbación
Sexo con Maduras
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... dónde se hallaba tras la ingesta del alcohol. Me miró sorprendido y dijo:-¿Qué estás haciendo, hijo?Sonreía.-¿No le traerías una cerveza a tu padre, muchacho?-¡Claro, papá! –contesté yo fastidiado, saliendo a toda velocidad de mi encantamiento. Y como a mi me gustaba hacer cosas por mi padre, me marché a la cocina a por su cerveza. Cuando me fui a por ella, sus ojos se cerraron de nuevo. Al regresar, estos se abrieron de nuevo, justo cuando le entregué la fría lata de cerveza. Él retiró la anilla, y acercando la obertura de la lata a su boca, tomó un largo trago y suspiró. Luego, tras depositarla en la mesita, junto a las demás latas arrugadas, alzó su brazo y al hacerlo arrugó el rostro:-¡Vaya, nene! – exclamó arrugando también su nariz- Creo que ha llegado la hora del baño para papá. ¿Me ayudas a quitarme las botas, hijo?Yo ni siquiera le respondí. Simplemente agarré su pié y sentándome en el taburete, coloqué la primera bota sobre mi regazo y comencé a aflojar las largas correas cerosas. A medida que el cierre se fue abriendo, el más embriagador de los perfumes de su sudado pie llenó mis fosas nasales. Su pie no apestaba, sólo olía ligeramente a sudor. Y procesando aquel olor en mi cerebro mi polla de quince años se encendió. Aún así yo no perdía concentración con lo que estaba haciendo. Y cuando me pareció que las correas de sus botas estaban lo suficientemente flojas tiré con todas mis fuerzas. La bota salió sola, y con ella el calcetín blanco que usaba mi padre, el cual ...
... cayó sobre mi entrepierna. En este punto, mis jeans se habían convertido en una tienda de campaña que hervía. El punto de ebullición subió de golpe cuando mi padre agarró el calcetín húmedo para meterlo en la bota vacía… ¿Notó mi erección?-¡Vamos nene, la otra! –exclamó mi padre medio dormido.Repetí presto la operación y al salir la bota, su pie se encastó directamente sobre mis huevos. Fue un golpe muy suave, no hubo dolor. Pero extrañamente pude notar como los dedos de sus pies se movían nerviosos sobre mi bragueta… ¿Qué hacía? ¿Trataba de cerciorarse de mi erección? Pronto escuché el click de la hebilla de su cinturón y entonces mi padre me pidió que le ayudara con los pantalones. Ya se había desbrochado el cinturón y los botones de su pantalón. Retiró sus pies de mi regazo mientras aún se removía los pantalones. Estos se deslizaron hacia el suelo cuando él levantó su prieto culo del sillón y yo me senté directamente sobre el parquet del suelo contemplando su porte militar. Mi papá sonrió un poco. Era una media sonrisa que se ensanchó un poco cuando me tendió su brazo para que yo me levantara del suelo.-¡Estas sudando, hijo! –dijo él aún con su media sonrisa a cuestas. ¿Acaso estás agotado? –me preguntó. Y a continuación se llevó una mano a su entrepierna, restregándose casualmente el bulto masculino en sus bóxers. Yo ya estaba a cien. Hervía por dentro. Mi corazón de adolescente se aceleraba, desbocado en mi pecho, ante la visión del bulto de mi padre, invocado mil veces ...