El niño inmigrante. jaja
Fecha: 21/01/2018,
Categorías:
Gays
Autor: leeyoungjee, Fuente: SexoSinTabues
... metían en el ovulo y nacía un bebe al que se le daba de comer la leche que salía de las tetas de la mujer, cosas que claro que ya sabíamos, es decir con tantos hermanos mayores fanfarrones que hablaban a lo destapado, viviendo en un rancho y viendo de vez en cuando a las primitas de 2 o 3 años corriendo sin pañal con la burrita al aire quien no se va a dar color jaja, a pesar de eso nuestras familias a todos nos traían a raya desde los más chiquillos hasta los más grandes y por orden de la abuela nadie debía mencionar ni saber nada de “eso que son cosas de señores” recuero muy claramente que a partir de entonces nuestros baños ya fuera en su casa, en la mía o los simples chapuzones en el tanque ya no fueron lo mismo, desde ese día Roberto y yo nos mirábamos constantemente y nos comparábamos, hasta que un día en la secundaria por fin el pudor termino de irse y nos mediamos el tamaño del pito piel contra piel, con el paso del tiempo nos comparábamos la cantidad y lo largo de los pelos que nos brotaban en los huevos que a los trece años eran los únicos que teníamos, hacíamos competencias para ver quien escupía más lejos el chisgetazo de leche aguada que uno avienta en sus primeras veces, se acuerdan no? Al principio te sale como leche con agua y ya después con las manuelas y los sueños cachondos un día de pronto avientas leche de calidad, jaja ok no me hagan caso. Aunque para el siempre era como un simple juego, yo me sentía súper excitado y nervioso cada vez que estaba cerca ...
... de èl desnudo, a partir de los 15 años comenzamos a ponernos tan velludos como nuestros padres y hermanos, el vello púbico se volvió más rizado, nuestro vello de los sobacos y piernas que antes solo era una finita capa se oscureció y volvió muy ancho, los antebrazos, el pecho y estomago se poblaron, y de entre nuestras nalgas empezaron a crecer unas matas que al menos a mi me parecían insoportables, los calzones me empezaban a apestar a sudor de huevos y culo y si no me bañaba bien, los sobacos me olían rancio, si me hacia una manuela en mi cama y no me limpiaba bien la leche de los pelos, se enmarañaban y andaba como brocha mal lavada con el pelambre todo tieso y enredado, con el calorón de Nuevo León ya sentía que me asaba y casi que quería arrancarme el uniforme y la trusa para que se me bajara el bochorno. Mientras que yo no lograba adaptarme a mi nuevo cuerpo y empezaba a extrañar lo lampiño que era de niño, Roberto se sentía súper orgullos de ya ser un “hombre”, se abría todos los botones de las camisas para que las chavas vieran sus pelos y se acomodaba el pene en la trusa para que se le notara lo más posible el bulto, pasados unos meses, ya no aguante mas y empecé a no solo rasurarme la barba y el bigote y con rastrillo tumbaba todo el vello de los antebrazos cuando ya estaba muy largo, el pecho, la panza y los huevos, por cierto gracias a un comercial en el que hablaban del cáncer testicular empezamos a comparar el tamaño de nuestras bolas, me desesperaba mucho el que ...