Sorpresa de fin de vacaciones
Fecha: 21/01/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
UNA SORPRESA DE FIN DE VACACIONES A finales de septiembre llegué muy temprano a la estación de Chamartín. Regresaba de dos semanas estupendas de vacaciones en Portugal. Como siempre que uso el tren por la noche venía vestido muy llamativo, con unos shorts vaqueros ajustadísimos y muy cortos, casi por las ingles y que dejaban ver parte de mis nalgas, y con la cintura como cuatro dedos por debajo del ombligo. Me gusta sentir que la costura de los shorts se mete por la raja del culo, marcando bien las nalgas y por delante pongo la costura entre los huevos separándolos. Con los shorts tan ajustados parece más el coño de una mujer que el paquete de un tío. Llevaba un "top" azul elástico, sin mangas, muy escotado y que se queda como seis dedos por encima del ombligo. Tengo muy poco vello, pero siempre voy completamente depilado, para que luzcan bien mi cintura y mis piernas desnudas. Me llamo Daniel pero muchos amigos me llaman Vicky. Los únicos adornos que me había puesto eran una esclava de oro en el tobillo derecho y una gargantilla muy femenina. Bueno, y el cinturón del short que es de anillos dorados y con una hebilla que imita una mariposa de muchos colores. La bolsa de viaje no abultaba mucho porque en verano viajo con poca ropa, cosas como shorts, tops, tangas, alguna minifalda muy corta y cosas así. Siempre me han gustado los hombres cuanto más varoniles mejor, machos que follan travestis y maricas muy femeninas por vicio y por variar, así que procuro ponerme ropas que ...
... les exciten y que me permitan exhibirme. Tengo ya 37 años, pero parece que son diez menos, por el cuerpo delgado, la cintura muy fina y marcada y las nalgas bien levantadas, y me maquillo un poco los labios y los ojos. Desde muy pequeño me excita mucho ponerme ropas de mujer, sobre todo en invierno, me visto con minifaldas de cuero, pantys, zapatos o botas altas de tacón. Cuando voy de mujer me pongo un sujetador que levanta mucho los pechos y aunque nunca he tomado hormonas entonces parece que tengo tetas pequeñas. Lo hago en sitios como Amsterdan y París, pero también algunas veces me he vestido así en Madrid. Venía muy caliente, o cachonda. Me gusta hablar de mí así, en femenino, y que los tíos me hablen en femenino como a una mujer. Las vacaciones en Portugal habían sido estupendas, porque los portugueses son muy folladores, activos y les gustan las maricas femeninas. En dos semanas me habían follado docenas de tíos. Por las mañanas en la playa y las tardes y noches en todas partes, mi culo y mi boca habían pasado de polla en polla con grupos de tíos salidos y algunos con pollones enormes. Y en el tren, como casi siempre, ligué y un hombre que iba en el mismo vagón que yo, me había echado mano al culo, me había metido en su cabina y me había follado hasta cansarse. Por la mañana, antes de llegar el tren a Madrid me echó un buen polvo de despedida. En la cola del taxi calculé que me iba a tocar un taxista joven, con bermudas y con cachas de gimnasio y pensé que como yo iba ...