Mi primer todo
Fecha: 24/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos
... y entonces adiviné perfectamente a mi amiga arrodillada entre sus espuelas sacándole brillo al sable. Al oírme, ambos clavaron sus miradas hacia mí y, asustada y avergonzada, me di rápidamente la vuelta para desaparecer rauda cual grácil insecto alado. -�¡Eva!�, gritó la chupona. Clavé mis pies en la tierra. -�Perdón, perdón... no sabía que estabais aquí�, justifiqué mi presencia. -�¡Eva!�, insistió la abrillantadora de bates. Ahora me giré. �No seas vergonzosa, nena, acércate�. -�No, no... si acaso ya nos vemos dentro luego�, improvisé con la garganta seca. -�¡Eva!�. Joder, qué pesada resultó ser la pule-miembros en ese momento. �Ven a ver esto, cariño. Alberto tiene de sobras para las dos�. Hala, venga. Qué fina la tía, pensé con cierto desdén. Pero me acerqué. Ya lo creo que me acerqué. Lette no se incorporó, permaneció agarrada al pedazo de pollón que ahora le servía de agarradera para mantener el equilibrio sobre las puntas de sus pies. Me extrañó verla todavía con la ropa puesta, y deduje que recién había comenzado el lustre de ese mango grueso y morado. Él no parecía sentirse muy afortunado por la situación que su compañera tenía la intención de regalarle. Parecía más bien que pensara algo como �ya estaba así cuando llegué�. Solo se había bajado los calzones a medio muslo, lo justo para recibir placer oral y salir pitando en caso de necesidad. -�Hostia Lette, mira que eres guarra, ¿eh?�, le reproché desde el alma. -�Sí que lo soy, pero es que mira qué polla, tía�, se ...
... justificó ella. �Acércate más y ponte a mi lado, Eva, que le haremos a Alberto una mamada que ni se lo imagina, jajajaja�. Qué mona la niña... Me aproximé tanto a la pareja que la gabacha guarrona metió sus manos bajo mi faldita y me arrebató las bragas bajándolas a toda prisa para extraérmelas del todo. No entendí muy bien para qué necesitaba airear mi chocho si íbamos a practicar una mamada en canon, pero preferí no contradecir a la mamona reina. A medida que doblaba mis rodillas para acercar mi cara a ese hermoso glande brillante fui asumiendo la grandeza de sus proporciones. Mi último movimiento culminó en una postura calcada a la de mi compañera, justo a su lado, de cuclillas, casi rozando nuestras mejillas para abarcar ambas ese órgano amenazante. Lette empujó mi cabeza desde la nuca invitándome a abrir la boca mientras, con su otra mano, permanecía asida a la verga. Introduje lentamente el glande en mi boca que, a medida que asumía más superficie, forzaba mis comisuras. Cuando conseguí abarcar con mis labios todo ese grosor me dio la sensación de haber desencajado la mandíbula, pero ese pensamiento desapareció cuando Lette empujó mi cabeza por sorpresa, y de un golpe, hacia adelante para que el empalador de Texas gozara la estrechez de toda mi profundidad. Sé que lo disfrutó porque el tío emitió un gruñido de satisfacción bastante evidente y, a la vez, yo notaba cómo ese falo de piedra se endurecía aún más apoyado sobre mi lengua. -�Chúpale bien la polla a este cerdo, ...