PERDIDO!
Fecha: 26/01/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... había ya comenzado! Yo gemía y bramaba y suspiraba y chillaba, pedía clemencia ante tanto abuso y las cosquillas que me hacían me enloquecían y no podía coordinar ya palabras, y todo yo era ya un ser poseído por la más absoluta dominación de las mujeres que me habían vencido. Yo ya no sabía qué culo lamía, coño o tetas...qué axila de cuál de ellas se apoyaba en mi cara o cuál de ellas era la que me estaba mamando o follando, haciéndome qué cosquilla o por qué cosa mis orgasmos comenzaban a reventarme haciéndome largar aquellos ríos de leche que una vez tras otra ellas me hacían largar verga afuera entre sus más estridentes carcajadas de lujurioso gozo triunfal. Sin consultarme si lo permitía yo o si nó, me inyectaron con una cosa que multiplicó mi ya exorbitante calentura erótica poniéndome como a un monstruo poseídamente caliente en una sobreexcitación desmedida, que comencé a sentir mi cuerpo como en medio de un despampanante infierno de lujuria irrefrenable, que aquellas siete mujeres podían dar las más ...
... descontroladas riendas sueltas a sus deseos, sin tener de mí mermas en mi rendimiento, aunque aquella calentura me sumergía en los más indecibles placeres donde el goce se entremexclaba con la desesperación y la locura que ya, la veía como atrapándome entre sus risas sornásticas. -"¡Ayyyy, basta por favoooooor!!!!"-recuerdo que fué lo que quise exclamar, cuando un cómico guturalismo ininteligible fue lo único que de mi boca pudo salir, haciendo estallar en carcajadas a todas. Estaba...perdido! Fue aquel el insólito e inicial momento, en el que aquellas mujeres, comenzaban a poseerme por completo y para siempre. Comencé entonces a ser cosa de ellas, y un objeto con el cual a sus anchas, se divertirían. Todo mi orgullo quedó como mantequilla untado en sus pies, que tuve que comérmelo lamiéndoselos a cada una que por completo me lo hacían lamer, lamer y lamer...cada vez que lamer me hacían sus pies. Cada vez que ellas lo deseaban, debía yo satisfacer sus antojos, y pasé a ser de ellas, el esclavo que me habían ellas anunciado ser.