1. Los amigos de mi mujer (2) Carlo


    Fecha: 15/09/2017, Categorías: Intercambios Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos

    ... la misma dependienta. -Buenos días... ¿En qué puedo servirles? –dijo con su estilo comercial. -Pues verá… ayer, nos llevamos este juguete, -dije señalando al expositor… -Sí, lo recuerdo, señor... y... ¿qué tal... lo han probado? -Desde luego... es… estupendo… -contesté- -Pero, hoy, queríamos curiosear otras cosas, quizás nos decidamos a comprar algún otro juguete. La dependienta empezó a mostrarnos juguetes, que ni siquiera sabíamos que existían… -Miren, esto es un huevo vibratorio. Se introduce lubricado en la vagina, y se pone en marcha el motor, mediante un mando radiocontrol, a distancia. Dicho esto, me ofreció el huevo, que, en mi mano, comenzó a vibrar en el momento que ella accionó el botón del mando. -La ventaja de este juguete, es que puede usarlo en cualquier momento del día. Por ejemplo: usted tiene que hacer la compra, pues se introduce el huevo, se pone las braguitas , y ¡al supermercado! Marta río la ocurrencia con ganas. Cuando pudo hablar, dijo: -Pero, no creo que sea posible andar por la calle, con esto dentro vibrando… -Por eso viene preparado con varios programas de vibraciones diferentes. Mire, ahora voy a cambiar... ¿ve?... esta vibración es más suave… incluso se puede hacer intermitente... como pueden ver, es un juguete muy versátil, y puede usarse en todo momento, igual que las bolas chinas… Nuestra cara debía delatar bastante incredulidad, pues añadió: -Es más... -dijo la vendedora- usted se coloca el huevo, que, desde luego no molesta, sólo estimula, ...
    ... simplemente, y ayuda a mantener los músculos vaginales en forma... y ahora… -dijo tomando el mando a distancia,- elegimos la función aleatoria... y esperamos. En este modo, el huevo, durante unos breves segundos, ejecuta uno de entre los nueve diferentes modos de vibración que tiene, pero, con intervalos de tiempo de pausa, que también son aleatorios… de este modo no tiene que preocuparse, pues el programa le procurará toda una gama de sensaciones placenteras, que usted sólo tendrá que disfrutarlas… y le aseguro que, estar pendiente de la siguiente vibración, y no saber cómo será de intensa, ni su forma, ni su duración, ya tiene mucho de excitante… Al decir esto último, durante unos dos segundos, el huevo vibró, y se detuvo de nuevo. Habrían pasado unos veinte segundos, y volvió a vibrar, esta vez, de forma más intensa y prolongada. La verdad es, que se sentía sorprendentemente agradable… Mientras la vendedora me hablaba, pasé el huevo a Marta, que, en la primera de las vibraciones que recibió, profirió una nerviosa risita, y con ella, continuó por lo bajo… -Además… -me dijo en tono más confidente-…imagínese… su mujer con el huevo colocado, comprando en el súper, y usted a su lado, con el mando a distancia en su bolsillo… dándole a cada poco, inesperadamente… Ya lo creo que lo imaginaba... el mando en mi bolsillo… mis dedos nerviosos buscando los botones… ¡y a mi mujer, agarrada al expositor de jamones, con los ojos en blanco! Marta continuaba sosteniendo el huevo en su mano, ...
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