aprendiendo-...III Parte
Fecha: 30/01/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: amaia, Fuente: SexoSinTabues
... con un asiento, y puertas de cristal que no dejaban nada de privacidad. Algunas toallas blancas, y productos de aseo personal diversos, aquella seria mi prisión, y aunque llena de terror, la excitación podía más con mis emociones y mi cuerpo lo evidenciaba, mi entrepierna, ardía y los jugos resbalaban, las reglas ya las sabia, me aclaro que nadie entraba a ese cuarto, ni la mujer de la limpieza, ella solo limpiaba el espacio contiguo, que en mis horas libres podía estar en los otros lugares de la casa e incluso salir a la terraza, que el plazo del mes comenzaría el siguiente día en la mañana. Esa noche seria la prueba, había notado su obsesión por la limpieza y el orden, y eso me incluía, me ordeno darme un baño profundo, lavarme el cabello, rasurarme, y cepillarme los dientes, y me recomendó ponerme un poco de crema en mi ano, yo obedecí inmediatamente, talle mi cuerpo, y lave muy bien cada una de mis partes, mientras él ordenaba todo, abrió el closet y de allí saco varios juguetes, cadenas, y látigos, un lubricante, y un aparato con algunos cables y chupones, los coloco sobre una de las mesas yo espiaba desde el espejo del baño. Salí del baño con la toalla, cosa inútil ya que me la pidió, aun mi cabello goteaba y hacia mucho frio, mis pezones endurecidos y dolorosos, me hizo un ademan para que me acostara boca abajo en la cama, ni bien lo hacía, tomo mis muñecas y las amarro con unos brazaletes a los barrotes de la cama, hizo lo mismo con mis tobillos, quede totalmente ...
... expuesta, inmovilizada. Llego un primer azote, inesperado, doloroso, mi grito fue desgarrador, este fue en mi espalda, la cual aún estaba un poco húmeda, esto intensificó el dolor, el segundo fue en mis nalgas, un poco más suave, pero igual doloroso, ardía y mucho, dejaba pasar unos segundos entre azote y azote, los daba al azar, en distintas partes de mi cuerpo, que no paraba de temblar por el dolor. Fueron más de veinte, unos muy fuertes, otros más como caricias, tomo de la mesa una especie de almohadón, y lo coloco debajo de mi vientre, esto hizo que mi culo quedara muy levantado, y mi clítoris expuesto, metió su nariz en mi ano y vagina, aspiraba el olor como si se le fuera la vida, yo agradecía que acabaran los azotes y empezaba a disfrutar aquella escena, y eso se evidenciaba por los líquidos que brotaban de mí. Con su lengua recorría toda mi raja, de arriba abajo, de abajo a arriba, y metía la lengua en mis dos orificios. Mi jadeo no se hizo esperar, la respiración agitada de mi cuerpo entero lo hizo seguir con frenesí, ahora no solo su lengua, sus dedos me exploraban, uno, dos, tres, cuatro. Acerco el lubricante y coloco una gran cantidad en el comienzo de la unión de mis nalgas, y empezó a probar la elasticidad de mis hoyos, su cara, que veía reflejada en el espejo era de alguien con muchos deseos reprimidos que empezaba a materializarlos. Entre la excitación y la lubricación no me di cuenta en el momento en el que logro adentrar sus puños en mí, en segundos me sentí tan ...