1. Mi hija y el MSN - Parte 5


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Incesto Fantasías Eróticas Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos

    Era viernes por la tarde, casi noche cuando llegué de nuevo a la casa. El tráfico, como toda tarde de viernes había estado terrible y, aunque había dejado la oficina temprano, me había mantenido manejando durante un poco más de una hora. Apenas entré, sentí que había ingresado a otra dimensión ante la perspectiva de otra noche de acción con mi apetitosa hija sumisa. Cerré la puerta con cuidado y entré a la casa donde había un silencio sepulcral. La laptop de Cristina seguía en el mismo lugar donde la había dejado esa misma tarde cuando le pedí que estuviera con el pizzero. Me asomé a la sala y no encontré a Cristina tampoco ahí. Finalmente le llamé y me contestó desde el fondo de la casa, cuando me acerqué vi la puerta del baño entreabierta y de nuevo su voz llamándome. —Papi, ven, Acércate. —Dónde estás? – le pregunté —Acá en la tina. Ven. Me metí al cuarto de baño y ella corrió la cortina. Como una sirena, se encontraba sumergida en el agua de la tina de la que solo salía su cabeza con su largo cabello mojado y las puntas de sus senos puntiagudos con sus pezones oscuros desafiando la gravedad. Se hallaba estirada cuan larga era y su silueta se dibujaba por la ondulante superficie del agua cristalina a la que aún no le había añadido jabón. —Ven. Métete a bañar conmigo. – Me dijo —Estas loquita. Cómo crees? —No estoy loquita. Te diría lo que estoy pero te vas a ruborizar. ¿No te va a dar pena bañarte conmigo después de que hayamos dormido juntos… —Bueno, es diferente… —Anda, ...
    ... no te hagas del rogar. —Está bien. – Dije quitándome la ropa. – Hazte a un lado. —Vaya, creo que el amiguito está muy despierto ahora. Me sorprendes papito. —No juegues. Ya te dije que no soy de palo. —Lo sé. – Dijo moviéndose para permitirme entrar. Al meterme a la tina, se desbordó una buena cantidad de agua y como pude me acomodé para quedar sentado con su trasero reposando entre mis piernas. – Ya lo sentí. —Como te fue hoy? Pediste la pizza que me dijiste que querías? —Sí, claro. Estuvo muy rica. Le pagué al muchacho con cuerpomático. —¿Como? – Dije fingiendo sorpresa. —Ay, tú te crees todo, papito. Tranquilo, no te pongas celoso. —No, si no es por eso. Es que no me gustaría verte co… —Cogiendo con otro? – Dijo interrumpiéndome —No, olvídalo. No dije nada. A ver platícame que sucedió en tu fantasía con el chico de las pizzas. —En caso de que hubiera ocurrido, aclaro. – Dijo riendo. —Por supuesto. Soy todo oídos. – Dije moviéndome un poco para sentir aún más la presión de sus nalgas en mi entrepierna. —En realidad tú tuviste la culpa, malvado. – Me dijo Cristina tomando mi mano con la suya y acariciando mis dedos mientras hablaba —¿Y eso por qué? – Dije genuinamente sobresaltado. —Es que no encontré el dinero que me dijiste que estaba en el cajón del escritorio… —Te dije en mi buró, tontita. —Ah, pues no te escuché bien. ¿Ya ves lo que pasa por no explicarte bien? —Continua. – Dije ya sin ánimo de guardar las apariencias. Su mano tomada de la mía, fue a reposar junto a su ...
«1234...7»