1. El amor después del Apocalipsis


    Fecha: 15/09/2017, Categorías: Incesto No Consentido Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... apenas me desperté, la culpa y la vergüenza se hincaron en mí. Ya era tarde, Laura y Edu estaban en el living, leyendo. - ¿Y Isabel dónde está? – Pregunté. - Ya se fue. – contestó mi hermana, y agregó. – pobrecita, está sola en el mundo. - ¿Y por qué no se quedó? – pregunté con miedo. - Dijo que el precio del alquiler le parecía muy caro. - Laura me miró con reproche, y desaprobación. Sabía lo que había hecho. Edu, en cambio, sólo me miraba con lástima, como lamentando en lo que me había convertido. En los días siguientes me hundí en la depresión. Estaba infinitamente desilusionado de mí mismo por haberme comportado como esas personas que siempre detestamos. Lloraba por las noches, y guardaba silencio durante el día. Laura pareció entender lo atormentado que me sentía, y cambió su gesto, por uno muy parecido al de Edu, es decir, sentía lástima por mí. Me iba a excursiones sólo, sin avisarles, esperando que los muertosvivos me agarren desprevenido y se coman mi cuerpo degenerado a mordiscones. Pero siempre volvía, llegando la noche, y luego de comer me encerraba en mi cuarto, como poniéndome en penitencia a mí mismo. Pasaron meses y la culpa fue desapareciendo de a poco. Aquel animal que había violado a Isabel parecía ser otra persona, totalmente diferente a mí. Pero mi personalidad parca se mantuvo por más tiempo. Algo en mí se había muerto. Laura y Edu se veían preocupados. Un domingo me insistieron para que volviésemos a la costumbre de leer nuestros relatos, y yo ...
    ... accedí. Aunque no había escrito nada. - Que lástima que no trajiste uno de tus cuentos. – dijo Edu. – siempre nos inspiraban a hacer cosas diferentes en la cama. - confesó. - ¡Edu, que decís. Dejá de contar nuestra intimidad! – lo retó mi hermana, pero en realidad le parecía divertida la situación. - No te preocupes. Sabemos que sos buena persona. – largó Edu. – Después de tanto tiempo sin coger, cualquiera se vuelve loco. - En realidad nunca había cogido. – dije. - No importa, es lo mismo. – retrucó él. Intercambiaron miradas cómplices. - No te preocupes. – dijo mi hermana. – nunca más vas a sentir ganas de hacer esas cosas de nuevo. - y vos qué sabés. - le dije. Y de repente noté que estaba especialmente linda ese día. Se había puesto un vestido largo, de fiesta, que sólo usaba en los cumpleaños o en las navidades. - Lo sé, porque nunca más vas a necesitar obligar a nadie. – Dijo Laura acercándose a mí. Se arrodilló delante de donde estaba sentado, estiró la mano y acarició mi miembro por encima del pantalón. - ¿Qué hacés? – me sorprendí. Miré a Edu, que me sonreía y asentía con la cabeza, como diciendo: está todo bien. Laura seguía masajeándome. Su carita blanca sonreía. Bajó el cierre, luego el calzoncillo, y entonces me masturbó, ahora sí, tocando mi piel. Enseguida me puse al palo. Ella se metió la verga en la boca. Yo veía su cabellera roja subir y bajar mientras me mamaba. Le acaricié el pelo. Debía chupársela seguido a Edu, porque lo hacía muy bien. Se sacó la pija de la ...