Beatriz (II)
Fecha: 01/02/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... dedicaba mis mejores cruzadas de piernas y agachadas para buscar algo de modo que mi blusa se abriera lo suficiente, siempre llevo desprendido algún botón de más. Cuando hablábamos ponía mi voz más dulce insinuando que me agradaban las boludeces que me decía, sabía que lo tenía en la red. Una tarde salimos antes de hora para tomar un café afuera del laburo, lo seguí provocando, ya con desvergüenza, hasta que me confesó que yo le gustaba. Julio, llamémosle así, divorciado con dos hijos, se sorprendió, o se hizo el sorprendido cuando le dije que también me gustaba. Los dos libres y sin compromisos no teníamos mucho que pensar. Nos fuimos a un telo lejano al lugar de trabajo, no convenía que alguien conocido nos viera; en el viaje fui palpando su pija que estaba durísima, ya había perdido todas mis inhibiciones y recato, quería coger bien; entramos con su auto a la playa de estacionamiento desde la que se accedía directamente a la habitación, el guacho ya conocía el lugar. Una vez en el reducto de placer, y convenientemente cerradas las puertas con llave, nos prendimos en un beso de lengua para la historia. Él empezó a amasar todo mi cuerpo mientras yo lo tanteaba a través del pantalón. Nos quitamos los sacos y volvimos a prendernos en una franela atroz, me desabotonaba la blusa mientras yo hacía lo mismo con su pantalón. Fui más veloz y le bajé de un saque su pantalón y calzoncillo. El tacto no me había engañado: tenía una hermosa pija, gorda y larga, llena de venas azules. ...
... Me arrodillé y empecé a mamarla agarrada de su culo para que no se me escapara, deslizaba mi lengua por el tronco, por los huevos, y de golpe me la ponía toda en la boca, él de pie se estremecía y se contorsionaba, lo que me indicaba que iba por el buen camino. Cuando lo sentí re caliente redoblé el trabajo con mi lengua en su glande y me tragué toda su pija chupando con frenesí mientras me metía tres dedos en la concha que ya estaba hecha una sopa. Acabamos juntos, mi boca se llenó de su leche, la escupí todavía no estaba acostumbrada a tragar leche, aunque me gustó el sabor. Luego con disimulo bajé las luces, no quería que me viera sin ropa a causa de los estragos del tiempo y de los partos, y nos desvestimos mutuamente para tirarnos en la cama y relajarnos. Los dos desnudos y en penumbra empezamos a acariciarnos lentamente, al rato se le empezó a parar de nuevo, yo me moría por tener esa pija en mi concha pero estaba muy mojada, fui al baño me lavé y sequé mi argolla, al volver vi que la tenía bien parada, busqué un forro en mi cartera, siempre los llevaba, por las dudas, no lo conocía demasiado y el temor al SIDA era fuerte, él quería cogerme sin forro pero le dije que así no, se lo puso con cuidado, (más tarde aprendí a ponerlos yo con la boca) me siguió acariciando el culo y las piernas hasta que encontró mi concha y mi clítoris, era el primero que lo hallaba de entrada, aunque hasta entonces sólo había cogido con médicos. Me hizo arquear de gozo, cuando notó el momento ...